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A codearse con los hombres de hoy, no vienen deleitar su olfato con el perfume penetrante de las nuevas flores que son las ideas modernas cuyo desarrollo contemplan, desde las ventanas vecinas, inliclios ojos extraños y curiosos: la opinión pública.
Es curioso observar que Alina no siente tanto la desaparición de sus hijos como la de los viejos retratos y los vestidos de sus antepasados que colgaban de los muros de la casa incendiada. la pérdida de los primeros se resigna porque «es nuestro deber someternos los decretos de la providencia, dando siempre gracias al cielo por habernos lionrado con su bendición con su cólera. 1892. lucha entre figuras de mu Alina, símibatan las ilu: se olvida.
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e mujer tiene la antigua; sino vacío y el lede vivir sin narcotizan su deberes que evantan atensin atreverse vir en la nuees el deseo de En casa de una familia guatemalteca número nos. su deber es iniciativa; es eferible vivir quel por en uiere venir an sido reemnuevas ha xtraños y cur Llora con amargura aquellas joyas y aquellas muñecas, principalmente aquellas muñecas con las cuales se distrajo en medio de la ingenuidad y de la ignorancia de los primeros años. Siis muñecas son, no dudarlo, aquellas mentiras con que se la distraido la humanidad para que no buscara otros juguetes más apreciables. Sus muñecas son las creencias antiguas que ceden el lugar los principios establecidos por la investigación constante de la inteligencia humana.
Así como Alina todas las mujeres tienen esas muñecas que se complacen en guardar hasta edad muy avanzada. Viven siempre con ellas: son la resignación con que sufren su esclavitud y la creencia en la preconizada inferioridad intelectual femenina.
111 el mundo al mundo y JOSE FABIO GARNIER 1043

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