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eligro, ocultan en el agua.
ropias plumas el buche una Página de álbum Para Priginas Muestradas is siempre, y ropio elemento TRO en Nueva Jer ulchichas? pree todos creíaahora resulta dormir, nada Tenores, rezar a vista de ojos.
había suficieniones; que has nservar el culen la sonrisa.
e con la boca á tal grado duerme lleva ROSA.
Iba la niña gentil cortar un herinoso lirio, y le temblaba la primorosa mano sonrosada: Sentía pena o piedad, y renunciaba su intento como si vacilase en herir la matizada for. La preciosa niña alzó sus grandes ojos negros y vio en torno suyo: estaba sola y la inmensa soledad era pálida, llena de tristeza Un lago de cristal extendíase siis pies, inmóvil, en quietud solemne, como si el teinido genio de la muerte lo cubriese con sus frías alas. La superficie de plata de las aguas atraía sus miradas melancólicas, y poseída de miedo, nerviosa, abrumada por el silencio infinito, parecíale contemplar un mundo desierto y verlo lundirse y desvanecerse a su lado.
Ella cobró ánimo y suspiraba hondamente impresionada.
El lirio vivía, levantaba con arrogancia su frente de grana y la hechicera niña fijó en el sus encendidas pupilas, y así pensaba. es lindo y despide aromas deliciosos: ha enmudecido de emoción, yo lo adoro. Sentirá, será feliz?
Oyeme, noble príncipe de este solitario valle. eres dichoso. quiéres derramar en mis manos tu sagrada esencia? Sí. derramala, revélame el secreto de tu vida, el casto ideal de tu alma: enseñame la senda de tu gloria, nómbrame tu dios. señálame su cielo. en medio de una majestuosa calma, como vago y lere rumor de aura, como lejana vibración de misteriosa voz, la graciosa niña ovó elevarse in acento duee que le decía. nací con el crepúsculo, contento, y lie crecido lmérfano: cuando vi el espacio y aspiré el aire, era ya perfecto: mi corazón palpita y es su latido cada punto cárdeno de mis pétalos: mi espíritu como quido sutil, se difunde en el ambiente y cada átomo de olor es un pensamiento mío, y muchos átomos hacen mi férvida oración que la brisa ligera esparce y que asciende por cada rayo de luz lasta el puro sol, que es mi amoroso dios y el anguisto Señor de un cielo azul, muy azul. El rocío de la mañana refresca mi tez multicolora y enriquece mi savia de oro y rubí. ano la lluvia y el soplo tibio de la floresta y el céfiro que mece blandamente mi flexible tallo: amo las blancas mariposas y el brillante colibrí y, en el destello luminoso, amo la divina sonrisa de mi dios. y me consune el fuego inmortal de la pasión, deliro por esa sonrosada mano de seda. que si me hiere me da nueva existencia. inefable ventura si me acarici: y amena eternidad si me guarda como tesoro magnífico de fragancia y de color»
SAÚL a abierta, se le Tel tornillo to hay riesgo de caiga la baba.
una molestia.
ntes de consereni, lai ido COMO UN LIRIO DE LAS AGUAS DE IBSEN ia, y da unas iguardiaſ por 10 parar.
rafo, todas las la y exclama: de no poder Mira lo que te da mi mensajero: Es una flor de pétalos de armiño Brotada en el silencio de las aguas, Solitaria flotó sobre el abismo.
Pónla sobre tu pecho, bien seguira, Pues lleva en su corola aun escondidos El misterio, el silencio. Las vaguedades todas del abismo.
De los engaños cuidate del agua, No te turbe el ensueño peregrino.
Parrce que se duermen las sirenas.
Balancéase el lirio en el abismo, Mal ocultas, oh! niña, tus deseos.
Oye las vaguedades, el delirio.
Parece que se duermen las sirenas.
Balancéase el lirio en el abismo.
HORACIO ISAZA 1047

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