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ro deseoso de sando en ella Casal, de Deja por ahora, amiga mía, los libros y vente conmigo. Estimable, sin duda, es una juventud como la tuya, consagrada ennoblecer, mediante el estudio, la inteligencia y los sentimientos. Pero sólo eso no basta para cumplir altos y dignos propósitos en este mundo. Así vives una juventud lánguida y egoísta y es preciso que la vivas con más actividad y al servicio de alguna causa bien hechora. Por eso, deja los libros y vente conmigo.
Juntos iremos en busca de las existencias pobres y oscuras que viven por las ciudades y los campos. Es necesario que amplíes el círculo de tus propias acciones más y más, fin de tocar los linderos de las existencias extrañas y tratar de ennoblecerlas también.
En toda vida, por humilde ignorada que sea, hay siempre rasgos íntimos, dignos de conocerlos. En todas partes liay gentes que se hallan dispuestas comprendernos y amarnos. Tan İnego como nos interesamos por una vida extraña, notamos que no es tan vulgar y ruin como nos pareció, que no merece la implacablu indiferencia con que antes la mirábamos. Sólo así podríamos conocer. realidad, lo que sienten y piensan los demás, sólo así podríamos influir en su mejoramiento, cuando esta actitud simpiítica pua con nuestros prójimos nos haya puesto en relación con el mayor número de individuos, la vida nuestra será forzosamente más sensible y bondadosa, nuestras acciones siempre vivirán en un ambiente de dulzura y tolerancia.
FALK Consejos de una mujer Una mujer que ha sido muy desgraciada en su vida matrimonial da las jóvenes estos consejos. No te cases con un hombre para reformarlo, pues eso no puede hacerse sino antes de que llegue los veintidos años.
La mujer que permite su corazón quc gobierne su cabeza comete um triste error.
Si una muchacha ama un hombre disoluto egoísta entra por la puerta del matrimonio con los ojos cerrados.
Guardate de un hombre ingobernable, aunque decir verdad todos los hombres tienen este grave defecto.
Huye del hombre que se excede en el licor, pues este hábito conduce a la miseria Todos los hombres son inconstantes; pero de la esposa depende tenerlos seguros.
uestras hijas, os a trabajar ísticas.
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