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Pagina de album Ja olag OLIVA.
Para Puginas Hustralas ¡Un El vientos correr nece El la superfici impulso de jeros no ve un punto e Sus aquel espec mente. Pe un moment con los den ¿Per Se et Despierta, corazón, y oye: dormido no eres hermoso ni fuerte ni grande. Despierta bien, sacude tu rico plumaje de nieve, ensanchate, mira al cielo: ha pasado ya la tormenta y el iris resplandece vivamente en su inmenso fondo azul.
Muévete! El reposo es triste, afea tus encantos, mata las fuerzas con que se eleva la voz del sentimiento a la morada suprema del amor.
Vérguete! Muestra esa bella faz de rosa, vuélvela hacia la colina y fíjala. verás en las formas de la densa nube, que la cubre, una vaga figuración de ángel.
Sonríes? Agita más tu savia roja y vive con vida de cristalina fuente que murmura al correr, de inquirlo ruiseñor que canta cuando se queja, de estrella apacible que fulgura sin cesar Ama! Tu divina luz es el amor, til tierna melodía es el amor, tu dulce murmurio es el amor. Ama, corazón, que el amor es la milagrosa potencia con que se llega ese suspirado reino de la gloria.
LUYS LA TEMPESTAD no hay más tas olas, ro vaivenes de dor de su amenazan de oscurida atrae; sient parte de la amargura, juega con Pero fuerzos, na ¡Pob está el buq blas del ho Las divisa más demencia inauditos cido y horr Hay serias hun se ciernens infinitos; el Lleg: tan ya; aqu recido; se e sumerge, si del sufrimi Ya corro! Lla Le dijo el alto cielo al mar profundo. Le dijo al mar: En furia no me igualas. Tú me quieres vencer, monstruo de cieno? azotó las espaldas del abismo. castigarte voy. y en un segundo Se armó del rayo, y se lo hundió en el seno ? quel titán que tiembla sobre el mundo.
Con agria y estruendosa griteria En inmensa cascada, las gaviotas Se alzaron raudas de la mar bravia, Retorcióse en su cárcel de granito con sus alas por la lluvia rotas, El fiero monstruo, y con violencia rara Emblanquecieron la región vacía!
Encrespando sus olas lanzó un grito, con su espuma le escupió la cara, La inmensa cara, al piélago infinito.
Rugido arriba; abajo tronamenta; Negrura arriba, lobreguez abajo; Rayo que hiere, tumbo que revienta, Comprendiendo el ruidoso cataclismo ¡Oh qué horrible y qué hermosa es la tormenta El huracin desperezó sus alas Entre el cielo y el mar. lo alto y lo bajo! convencido de su orgullo inismo, JULIO FLORES. Postales. Edición Párraga)
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