Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
José Maria de Heredia Traducido para Páginas Tlustradas por GERARDO CASTRO «No sólo la gloria literaria de Francia está hoy de duelo, dijo en días pasados Marcel Prevost, en las excequias fúnebres del poeta, sino también todas las gentes de letras. Estos han perdido uno de sus protectores, uno de sus guías y uno de sus padrinos. En efecto, él era el maestro de la literatura justamente más querido.
De una rectitud ennoblecida todavía por cierto ardor caballeresco, de una afabilidad nacida del corazón, inspira ba naturalmente el afecto y el res.
peto.
Siendo joven se presentó a los fundadores del Parnaso y llegó a ser muy querido de Théophile Gautier, al tiempo de ser el discípulo preferido de Leconte de Lisle. La más franca amistad le unía Catulle Méndes. La soberbia originalidad de sus sonetos que con pereza publicaba le hicieron acreedor la estima de la élite letrada, y él usaba de su influencia, como de sus cordiales relaciones, con el editor Lemerre, para guiar y tig ra es de: los RO la tig an ta ter en со ni de qu DI te to de BE en ad le ar el la ra 9 Fot. Rudd San José. Vista en el Río Torres alentar los jóvenes poetas. Facilitó también los comienzos de Marcel Prévost y de muchos contemporáneos notables; y entre los escritores nadie lo ignora eligió sus tres yernos, Maurice Maindron, el novelista y brillante evocador de la Francia de los Valois, Henry de Régnier, el poeta delicado y Pierre Louys.
Esa generosidad no era extraña de ningún modo sus propias tendencias de espíritu, que eran las más francas. Preocupado por un ideal de grandeza, José María de Heredia, mostraba la belleza de su alma recelosa. Lo mismo que en política, el unía un extremo liberalismo, el más vivo entusiasmo por la Revolución y admiraba con fervor la presin 11 al lo SI es се to 11 lo р EE 1092
Este documento no posee notas.