Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
E Primo XOVELA COSTARRICENSE DE JENARO CARDONA ata la virtud.
la del arte la lleza y de la no, que es el concebir la 0: toca con y hermosas dero símbolo co vigoroso y Fot. Paytilor El señor don Jenaro Cardona cree modestamente la ber cometido un desafuero contra las letras patrias, al publicar su novela titutada El Primo, que nos ofrece en sencilla edición, sin las consagraciones de ningún hierofante literario, y lo que es mejor todavía, sin jactancia alguna.
La obra en sí, no tanto por su forma, en la cual se advierte cada paso la precipitación en el escribir y la rapidez en el limar la prosa y corregir las pruebas, cuanto por su hermoso fondo, está trando la tesis contraria: esto es, que no puede ser desaguisado en punto de letras patrias una novela que tiene tendencia, que la desarrolla con enérgica habilidad y veces con amplio estilo y que la hace efectiva y perfecta con esfuerzo vigoroso, Jenaro Cardona dejando gérmenes sanos en el espíritu de quien lee con fruto obras de esta clase, difíciles de concebir, pero más difíciles todavía de realizar.
El señor Cardona lia hecho en el género novelesco un ensayo feliz, que bien puede ser el augurio de trabajos en regla para lo porvenir; pero que es sin duda una manifestación respetable de sus maduras energías, de su sólida cultura y de su excelente disposición para la ardua labor literaria nacionalista regionalista.
En efecto, El Primo tiene un fin, un fin bueno, elevado y digno. Es una enseñanza y la vez una protesta, relativas esos tristes lances de familia, que en muchos casos se convierten en dramas, y en los cuales juegan en tropel horroroso, por un lado el bien, el deber, el honor, la hidalguía, el amor sincero y por el otro la bajeza, la impiedad, el interés, todas las malas pasiones: lucha gigante y eterna, que fuerza de repetirse es casi la razón de ser de las sociedades y en la cual el triunfo o la derrota caen un lado o otro, indistinta y cruelmente; para cuyo juicio no hay aún un criterio moral exacto; cuya infinita y constante novedad asombra, como asombra la perenne reproducción de la vida y de la muerte. Esos dramas, veces oscuros, veces brillantes con todo el brillo letal del escándalo, se suceden de un modo incesante en las corporaciones montaña, el le.
majestuosa hechicera. diosa abellera, steriosa ma y espera!
EL OCHOA 1141
Este documento no posee notas.