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Servicio barato Para Pinets Tastradox Que ¿quién es doña Antonia? Pues suponte una inteligente jamona, regordeta, nariz a la Cervantes, boca chica y muy fea. Lo único que luce su cara, son dos ojazos negros, vivísimos, y su cabeza un moño a la sevillana, pero sin clavel.
Continuamente andando la casa para inspeccionar el orden y el aseo, y con un dengue y cierta sonrisilla, que, en sus tiempos de muchacha, de seguro fué lo que cautivó el corazón de don Terencio, amo de casa y tierno esposo hoy de la doña Antonia.
Es un buen hombre el tal don Terencio, que deja omnímodas liberta.
des a su mujer, gracias a la debilidad de su carácter. Dos niñitos son los retoños de matrimonio tan cabal. Para concluir te diré que lo más curioso en esa casa, es Pilar, la cocinera. Mujer de tentadoras formas y por lo demás un tomo de la edición de los criados.
Tiene dos años ya de estar en la casa, sin haber recibido nunca retribución alguna por su trabajo.
Doña Antonia conocía desde muy joven Pilar, pero ésta no había entrado como cocinera de la casa, sino hasta mucho tiempo después, arrimada, mientras se hacía de una buena colocación. Pero regalitos por aquí, y tal arte y tal maña se dió la señora, que Pilar agradecida, fuese quedando en el servicio, no sólo de cocina sino de la casa toda.
Tenía Pilar un chico, fruto de un desliz, que servía de correvedile y que fregaba los cristales de las ventanas de la calle, sin haber obtenido en pago, sino una que otra peseta que de cuando en cuando el bueno de don Terencio ponía en sus manos, remunerándole así porque le compró fósforos porque fué por una candela de esperma.
En la sala había establecido doña Antonia una purería en donde trabajaban de continuo dos muchachas muy pálidas que pasaban el día desvenando tabaco y en indecentes chanzonetas y estornudando, con Pepe, mozo calaverón que más de buena cara poseía un eterno buen humor.
Habíase conseguido que Pilar quedase como cocinera sin sueldo; pero la señora le hacía falta una oficiala en la tienda de tabaco y no era cosa de aflojar unos reales para traer otra.
Todos tenemos debilidades, unos más que otros. cuando se nos toca por el lado flaco se consigue se pierde lo que de nosotros quiera sacarse. No hay cosa más útil, pues, que antes de hacer tentativas para el logro de fines, sin darnos a conocer nosotros perfectamente, estudiemos el carácter 1144
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