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arte de idional al destalvez de la vién las sacudidre de ilia nus bajo cesidad os cuapasea aún no había podido ganarla aquella mañana, tomó su chaqueta y la tiró sobre el carro endonde iban los objetos de los boloñeses compasivos.
Grandioso ejemplo de caridad que me trae la memoria aquella otra presuntuosa que tu y yo, en nuestras conversaciones tantas veces reprobamos.
Vienen mi mente aquellas representaciones de gala en donde cada uno ostenta sus vestidos más elegantes y con sus vestidos parece que ostenta también la caridad que lo anima.
Me recuerdo de aquellos bailes de fantasía para los cuales las gentes acomodadas deben derrochar dinero en sedas y adornos inútiles que luego dormirán en el fondo de una cómoda como trofeo de una noche de placer como prueba evidente de la caridad que atesora su dueño.
Caridad en medio del placer, eso no es caridad.
Las compasivas personas que van un baile de beneficencia haciendo una oferta pequeña para los desgraciados y gastando diez veces más en sus trajes ideados por la vanidad, no comprenden que su buena obra no tiene mérito alguno: tal vez, al contrario, merece la más viva crítica.
Sin embargo la crítica no se atreve con ellas, porque muchos prefieren rendir homenaje a la miseria que resplandece en la cumbre de las sociedades que estender su mano compasiva y su brazo armado en favor de los caídos.
La caridad es un daño cuando se desenvuelve entre tocas espléndidas, perfumes deliciosos y salones encantadores, porque desmoraliza quien es objeto de ella, La caridad, sentimiento que debía ser individual porque atañe al hombre que siente las necesidades morales se ha hecho colectiva. Para ella se necesita público principalmente entre aquellos pueblos que empiezan a vivir la vida social: se es caritativo para la galería como gráficamente dicen los franceses.
Los pueblos que como el italiano no te hablo de otros porque no los conozco saben sentir con verdadero placer los sentimientos nobles que constituyen la nobleza moral, son pueblos que pueden mirar de frente el porvenir y adivinar en él muchos triunfos y mucha felicidad.
Cariñosamente te recuerda, JOSÉ FABIO GARNIER Bologna, setiembre 1905 des de gran irmeza tido la in queedades cido su a, han nizado ron las para IntenpersotamendismiLAS ESTRELLAS da uno roslimenEn estrellada noche placentera en la orilla del mar me hallab á solas, sin que en los cielos una nube hubiera ni una vela en las olas El mundo real mi vista traspasaba y el bosque, el mente, cuanto tiene el suelo en confuso murmullo interrogaba al abismo del cielo. de los astros el inmenso fondo, con tono mrsurado y penetrante, decía en son armónico, inclinando su corona brillante: y decian las aguas procelosas con sus acentos graves y profundos al encorvar sus crestas espumosas; jes el Dios de los mundos!
itiendo e, busporque VICTOR HUGO 1263
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