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El cisne rojo (POEMA SIMBÓLICO)
Sobre el estanque lívido, que se extiende a lo largo del camino, sombreado de viejos sauces melancólicos, caían las primeras sombras. Las ranas entonaban su soñolienta melopea, y los grillos respondían con sus violines agudos y destemplados lo lejos. Reinó un breve silencio. Entonces del lado de Occidente, todo sangriento de la púrpura del sol, vióse avanzar, rítmica y lentamente, un gran pájaro rojo, como un gigantesco rubí con alas, que surgía entre dos nubes vagabun das. las ranas, con pequeños gritos de asombro, dijeron: He aquí que viene del fondo de los cielos obscuros el gran Cisne de Ensueño y de Visión predicho por Sybila!
El gran Cisne Rojo, que anuncia un Nuevo Diluvio de cenizas y de lágrimas y de sangre.
Pero, sin agitar siquiera sus inmensas alas de pedírera, el ave de la leyenda pasó por el Las que dejó el tren Cielo, sin inquietarse de las ranas asustadas, mientras un viejo sapo, milenario y hermoso de fealdad sagrada, gritó: Callad vosotras, ranas estólidas: ese que viene es mi hermano, el divino Pájaro de Oro y de sangre; el que anuncia el nuevo día de sueños y de asombro: mi hermano. el gran Cisne pasó por el estanque lívido, lanzando un gemido, con sus alas abiertas, como dos grandes flores rojas, en tanto que el sapo milenario y horrible se convertía en una blanca flor de nenúfar y que las ranas verdes gritaban. Prodigio! Prodigio! y los primeros astros brillaban como violetas mágicas en los jardines del crepúsculo. Jiménez Las que tomaron el tren LEOPOLDO DÍAZ 1168
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