muy solicitadas después, porque esto se consideraba como una gran honra para ellas. Regíanse por leyes sabias, cuyo recuerdo no se había perdido aún principios del siglo XVIII. Un compañero del famoso corsario Dampier refiere que entre ellos no existía pena alguna para el regicidio ni el parricidio, porque juzgaban que no había ninguno capaz de cometer semejantes crímenes. El ladrón era condenado servir, en calidad de esclavo, su víctima, basta indemnizarla del daño recibido (3. Ricardo Fernández Guardia, ya acreditado lo suficiente como escritor de fino espíritu, se nos revela en este nuevo libro como hombre que gusta de tratar asuntos serios y de positiva utilidad; y no podemos menos que aplaudir esta noble inclinación de historiógrafo, sin duda alguna la más hermosa de todas aquellas que puede aspirar un escritor entre nosotros.
VICENTE ACOSTA San Salvador. 3) William Funnell, Voyage to the South Sea, etc. págns. 131 y 132 (IA Quiнения)
Postal Para la señorita VICTORIA PUGA MARTÍNEZ CASADO Dulee niña, con tu nombre mi áureo verso se encariña: es renombre la victoria: la lucha van por él tras la gloria y el laurel los que anhelan rica historia.
El emblema, alto lema, te convierte en soñadora, que en tu aurora se acompaña tu estirpe triunfadora toda la gracia de España.
AGUSTÍN LUJÁN San José, 21 de diciembre de 1905 1224