Carlos y de Felipe II reduje los 112, 524 castellanos pesos españoles.
obteniendo 81, 083 47, que al cambio del 100 (no al 108 70 por abreviar la operación. arroja. 162, 166. 94. Así, pues, el obsequio de los caciques y la participación del monarca español fueron regios en verdad, y no otro valor que al expresado podía referirse el autor de la historia de la conquista, por ser entonces el castellano moneda muy conocida y corriente.
Como se ve, la diferencia con la cuenta del señor Fernández Guardia es enorme: pasa de 160, 000! cuando se piensa que tal enormidad sube de punto, hasta las nubes, si la cuenta se saca tomando el valor del castellano por su peso, así: 112. 524. 50 castellanos que pesaba el marco 2250. 48 marcos 128 que valen las onzas del marco 16 cada una 289, 061. 44 576, 122. 88 al cambio de solo el 100 70.
Hay que convenir en que uno de los dos. don Ricardo yo, ha cogido una bruia tamaña como un templo.
Fot. Mex. Rudin Recuerdos de la fiesta de Alajuelita No obstante, satisfaríame que se investigara la verdad sobre la nota en relación, porque si está bien, yo sería el único que cargara con el sambenito de crítico ignorante, y si lo contrario, habría que convencerse de que huelga aquella llamada, no sólo por innecesaria, sino por no estar cimentada en la verdad, considerando, sobre todo, que se trata de una obra histórica, de suyo importante, que va ponerse en manos de la juventud estudiosa y por la cual merece bien de su país nuestro distinguido compatriota don Ricardo Fernández Guardia.
Cranquilino Chacón Alajuela, XII, 905.
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