A la hora del champagne SEÑORES: Nada más hermoso que estas fiestas del corazón, en donde la Poesía como fecundante primavera, hace estallar en flores, los sentimientos del alma.
Fiesta imborrable en los recuerdos de la vida, porque es fiesta de Arte y en ella se rinde tributo de admiración y de cariño un gran poeta.
Porque ese lejano sueño de conocer al autor de las más sentidas rimas que se escriben en América, hoy se ha convertido en deliciosa realidad, Cuántas de nuestras bellas no recitaban ya esas dolientes poesías de Julio Flórez?
Quién de nosotros no le rendía ya culto ese principe del sentimiento?
Dichoso el poeta que sa be arrancar lágrimas con la tristeza de sus versos, porque de ése, es el triunfo de la gloria.
La poesía de Julio Fólrez es de esas que evocan los recuerdos de negras horas, y de hondas tristezas que lian pasado por el alma llenán.
dola de luto. Oyéndole recitar se llora, porque es el alma dolorosa del artista la que vibra, gime y solloza en sus versos. Sí, las naves de sus rimas, van llenas de nostalgias, van llenas de dolores.
Si por algo te envidio, Poeta, es porque las flores de esas coronas que pones sobre la tumba de tu madre, son inmortales; porque ellas no son como las que yo dejo sobre la tumba de la madre mía, flores que perfuman un instante y mueren luego con los pálidos desteilos de la tarde.
Si admiro tu gloria, es porque tú has sentido la apoteosis del Dolor: porque tu suplicio, es el suplicio de los que te oyen.
Si Cristo desde su cruz hubiese dicho en dolientes estrofas el poema de su martirio, las lanzas habríanse roto sus pies, y su cruz talvez habría tambaleado movida por la fiebre que el cáliz de su dolor vertían en el corazón de sus asesinos.
Si la poesía es el alma de la vida, mientras haya poesía en el mundo, habrá corazones buenos. Mientras haya poesía, habrá Caridad.
Mientras haya poesía en el alma, habrá amor. Eterno Amor!
Bien bayan los poetas que con su lira la espalda el verbo de oro en los labios, saben cantar lo que los profanos no ven Bien hayan los poetas que en soberbios himnos cantan los gritos del ocearo en sus recias tempestades, y en la apacible calma de sus aguas azules, bajo las cuales duermen esos negros antros, tumbas de tantos tesoros y de tantas vidas. Bien hayan los poetas que traducen en bellísimas estrofas lo que dicen los astros, esos misteriosos signos del infinito espacio. Bienvenido el poeta de la Tristeza, ese príncipe del Sentimiento, gloria americana cuyo nombre escrito está en estrellas que son letras y que sideralmente resuenan: Julio Flórez.
Meteoro que cruza nuestro cielo, dejando en las almas la luminosa estela de su paso y de su gloria!
Por el poeta y por su patria. RAFAEL ANGEL TROYO.
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