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Para Julio Flórez Como Cristo iba esparciendo con el encanto de su palabra la dulce bonanza de la vida y hacía surgir en las almas, que llenas de pesar acudían El, como oasis salvador, el deseo de hacer el bien, así la poesía, diosa de los sentimientos y de las pasiones sanas y nobles, hace que se entrevea entre la negrura que nos circunda, la luz brillante que nos muestra otras regiones más altas, en donde el ideal habita. Tras de ese ideal vamos todos los ansiosos de gloria: tras esa región nos encaminamos los que comprendemos que la vida no es la que vivimos, sino la que sentimos, por el impulso generoso del corazón.
Es el poeta el intérprete fiel de esos elevados sentimientos, es el heraldo augusto que va por el mundo, en su carro de luz, pregonando la excelsitud del amor; es éi quien la naturaleza revela el secreto de su grandeza, con la voz cavernosa del trueno y muestra el infinito, con la llanura inmensa del océano.
Ninguno como el poeta, sabe cantar los gritos del corazón humano; ninguno como él ha sabido escudriñar en el alma de la mujer ese abismo del amor.
Es el poeta, el maestro que guía con la música de su palabra las muchiedumbres ávidas de sentimiento. Es el poeta el que con la luz de la idea muestra al mundo los senderos de la dulce tranquilidad. Por eso acudimos escuchar Julio Flórez, el excelso poeta, porque cada una de sus ternuras que canta han pasado por nosotros como brisa acariciadora, invitándonos sentir.
Saludo al poeta admirado que pasa cerca de nosotros dejando en el ambiente el recuerdo de su vibrante estrofa.
Bronce JULIO FLOREZ Peru Páginas Imatratos Vibro tu lira ebúrnea que enlutan los pesares, La lira do florece tu estrofa hecha armonía, Fingiendo la epopeya salvaje de los mares, oí de tus ensueños la dulce sinfonía; Entonces tus nostalgias tornándose cantares raras Flores negras tu gris melancolia, Dijeron los amores que sientes por tus lares, La pompa de tu numen, tu extraña fantasía.
Como águilas augustas cóndores dispersos, Bañadas por la gloria, sus fuertes alas grandes, Discurren las bandadas triunfantes de tus versos, salvan las estepas y el piélago que brama todas las regiones del reino de los Andes, Como un tropel glorioso regido por la Fama.
Lisimaco Chavarria 1311
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