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Bienvenida JULIO FLOREZ Bienvenido, poeta de la clásica tierra De los bosques frondosos que ensangrienta la guerra, Donde cantan mil bardos con dulzura sin par.
Bienvenido, poeta, bienvenido a este suelo Donde viven y triunfan bajo el límpido cielo Esas grandes virtudes del trabajo y la paz.
Como pájaros raros de piumajes diversos Han llegado a estos climas, en tropeles, tus versos través de las fieras turbulencias del mar, han haliado en las almas cariñosa acogida. han cartado en las almas la plegaria sentida Que una vez escuchada no se olvida jamás. ahora llegas. extraño soñador errabundo Que recorres llorando tus tristezas, el mundo Con la cítara al hombro, cual cantor de otra edad, te encuentras doquiera que tu verso lia caído, Una alfombra de rosas que el cariño ha tendido Ante el paso vibrante de tu musa triunfal.
Bardo egregio, es bien pobre nuestro hogar, bien escaso.
Mas, qué dulce, qué tibio de esta tierra el regazo Donde puedes el noble corazón reclinar, Mientras tomas de nuevo trovador peregrino Tras el ansia infinita de la gloria el camino Sobre el buen rocinante del esfuerzo tenaz.
Hay dos cuerdas sonoras en tu lira encantada Que resuenan distintas en la noche callada De tu vida sombreada por inmenso pesar: La que llora en las gotas del ajenjo escondida, la que alza su nota poderosa, atrevida, Entre el ronco rugido del soberbio huracán.
Yo prefiero ese canto tempestuoso que pasa Pregonando a los vientos el vigor de una raza Que dorita en el borde de una sima fatal que sueña oponiendo su insensata fiereza Al avance del nervio vigoroso que empieza En los campos dormidos sus banderas alzar, En lugar de aprestarse diligente, nerviosa, Al trabajo constante, que es la fragua ardorosa 1314

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