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Donde forjan los pueblos su ventura cabal, aparearse la fuerza triunfadora que avanza, Sin enconos, sin miedos, con la firme esperanza De llegar a la cuinbre sin rendirse jamás.
Trovador, es la hora de las grandes conquistas.
Un ejército en marcha de esforzados artistas Tumbará los baluartes del prejuicio vulgar.
Deja ya la amargura de tus negros esplines.
Que tus versos altivos sacudiendo sus crines Dejen oir en las selvas su incansable trotar.
Bienvenido poeta, nuestra pródiga tierra Donde nunca resuenan los clarines de guerra, Al calor de su seno, dulce abrigo te da.
Bienvenido poeta, bien venido a este suelo Donde viven y triunfan bajo el límpido cielo Esas grandes virtudes del trabajo y la paz.
JOSÉ MARÍA ZELEDON de febrero de 1906. De El Derecho Julio Flórez Tus nostalgias sublimes no adivino Hoy que admiro el poder de tus cantares. Ya has visto cuánta ofrenda en tus altares cuánta flor en tu triunfal camino!
Quien conoce el idioma peregrino En que expresan los astros y los mares Sus quejas, sus amores, sus pesares, sorprende su idilio vespertino; Quien sabe que sus versos magistrales Palpitan en mil labios de corales tienen por joyel esplendoroso El corazón de las mujeres bellas, Ha de ser, si aun lamenta sus querellas. Un poeta desdichado muy dichoso!
Enrique Cordero Heredia, 11 de febrero de 1906. De La Prensel Libre)
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    José María Zeledón
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