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Doña Aurora Trejos de Solera La sociedad herediana ha sido hondamente impresionada con el fallecimiento de esta infortunada y distinguida señora, cuyo retrato acompañamos estas cortas líneas, al propio tiempo que presentamos nuestro pésame la familia doliente.
JULIO FLÓREZ. Es poeta y nada más que poeta. Su nombre es conocido donde quiera que se habla la lengua de Castilla. Colombia puede estar orgullosa de contar Flórez entre el número de sus intelectuales de la actual generación. La poesía de este hijo mimado de las musas tiene muchos puntos de contacto con las de Díaz Mirón, pero no puede decirse que aquél sea un imitador de éste. Flórez es sin duda el más inspirado de los poetas de la actual generación Hispano Americana, y su fecundidad es sólo comparable la de José Santos Chocano, el distinguido poeta del Rimac. Desde la empinada cumbre de su elocuencia poética, Flórez ha dicho su verdad, sentida con la sinceridad y valentía de un convencido. No le ha hecho daño el aplauso de sus innumerables admiradores: su modestia corre parejas con su envidiable talento poético, y cuando desciende de la tribuna lírica, cargado de coronas y abrumado de aplausos, no se reflejan en su mirada los rayos de la consunción ni se nota en su ademán el deseo de cubrirse con el antifaz de una falsa mnodestia. En sui cerebro retoza la rima lista siempre estallar en versos que viven por la intensidad del sentimiento y por la profundidad de la filosofía que encierran. En las poesías de Flórez se hallan todas las notas del diapazón de la lírica, desde las más sentidas del romanticismo hasta las más valientes del anatema, la protesta y la duda. Con la misma naturalidad con que fluyen de su alma de artista sus canciones, puras y sonoras como las cascadas del trópico, aromadas con el perfume de nuestras selvas, Flórez sigue su camino por entre la turba de sus admiradores procurando pasar desapercibido, sin dejar sentir su superioridad.
Su espíritu es eminentemente benévolo, y la manera del malogrado Roberto de Narváez, no ve, no quiere ver, sino lo bueno, lo que promete glorias futuras en las obras ensayos líricos de los demás, sin tomar nota de los defectos imperfecciones. Flórez es uno de los pocos poetas que pueden coleccionar en libro sus poesías sin correr el riesgo de perder su popularidad. Pen American Review, de New York. 1325
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