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Un Beso mi amiguita Consuelo Blen. Para Páginas Ilustradas.
Raúl, el joven Teniente del 2! Batallón del Regimiento de Caballería adoraba Mercedes la hermosa hija del viejo y adusto Coronel de su Regimiento, y ella su vez correspondía queriendo al jóven con la ternura que abrigaba su corazón de 20 años. No era de estrañar, pues, que aquella noche de blanca luna cargada de aromas perfumados, Raúl pasease impaciente por la acera aguardando que en la reja de su amada apareciera la anhelada señal: el blanco pañuelo que tremolaba un instante como bandera de paz anunciando al amante que podía acercarse recojer un billete perfumado, una palabra de amor, y del rojo estuche de una boca seductora, la dulce miel de un beso suave, callado, enloquecedor.
Mi Coronel. mi Coronel!. y Martín, el fiel asistente, el viejo soldado que acompanara al Coronel tantos años há, daba vuelta entre sus manos la gorra de cuartel y no se atrevía alzar la vista del suelo como si las palabras que quería decir quemaran sus labios. El Coronel, que leía tranquilamente, alzó los ojos, frunció las cejas. comprendió que Martín le diría algo muy grave) sabía leer en su fisonomía bruta, pero leal; y viendo que continuaba perplejo: bien; qué tienes que decirme. Se te ha puesto la garganta Señoritas Prado, salvadoreñas tan delicada que resiste una fra Fot. Chávez se y no un cuartillo de aguardiente? Es que. mi Coronel. el Teniente Raúl habla noche tras noche por la ventana con la señorita Mercedes. Todos los cascos de la metralla que en cien combates pasaran silbando junto al viejo militar jamás le hicieron estremecer, y la noticia de que aquel mozo (el que más aborrecía 1358

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