Guardar

aquel amante, que les hiciese daño, que les rompiese el corazón, fuerte, fuerte, y después verlo llegar dominado por una tristeza honda, y echarse sus pies y llorar. Qué encanto! a pesar de estos arranques de bestialidad humana, Morland comprendía que esas gentes eran felices. Él experimentaba angustia, algo como la necia risa de las mujeres que torturaba su sencillez de hombre bueno y generoso. Ramsa. La mujer se volvió hacia él con hipócrita desabrimiento. Es necesario ser feliz y yo. quiero serlo. Vamos, piensa en algo, por ejemplo. en mí.
Todas las mujeres se rieron locamente y él también.
Luego se oyó caer el ruido de las máquinas en el oleaje de las sombras.
RÓMULO TOVAR Nostalgias Para Prigins Plustradas Los caprichos del destino me ausentaron de la Patria, me llevaron de ola en ola otras nuevas tristes playas; y extranjero, triste y solo hoy vegeto en tierra extraña, abrumado bajo el peso de mis lúgubres nostalgias.
Ah, qué lejos la familia y el hogar risueño se hallan; ah, qué lejos los amigos, la idëal mujer amada; y qué cerca tras mi frente los recuerdos que me matan, y qué cerca entre mi pecho la tristeza funeraria.
Madre mía bendecida, madre mía idolatrada, y mujer querida y dulce que infinito adora el alma, sóis vosotras el alivio de estas penas que me amargan, sóis el bálsamo divino que mitiga mi desgracia.
Cuando yo hago de vosotras cariñosas remembranzas y os dedico mi memoria, aminóranse mis lágrimas.
Al pensar en tí, oh mi madre, tu fe siento me traspasas, y al pensar en tí, mi vida, me sonríe la esperanza. ESQUIVEL DE LA GUARDIA PANAMÁ, febrero, 1906 1363

    Notas

    Este documento no posee notas.