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El nido de las aves Por ALFARO Todirostrum cinereum Hay pequeñas aves en el valle central de Costa Rica, que se retiran a los bosques lejanos durante la estación seca, dejando el campo libre las especies migratorias del Norte, las cuales invaden nuestros jardines y plantaciones de la altiplanicie, como buenos turistas, sin que estos viajeros se les escape la contemplación de los volcanes, cataratas y cuanto digno de verse hay en la naturaleza tropical. Así como las especies migratorias regresan al lugar de su origen para fabricar allá sus nidos, también nuestras aves indígenas vuelven en el mes de abril. a mediados de marzo, al valle de San José para entregarse ya, sin perturbaciones extranjeras, al cuidado de sus hogares.
Pertenece a nuestra avifauna nacional el pequeño Todirosto um cinereum de pico largo y aplastado, cuerpo diminuto y color amarillo, ceniciento por encima. Desde principios de la estación lluviosa ocupa las márgenes de los ríos y los barrancos de los arroyos para colgar sus nidos, de graciosa construcción, sobre el agua corriente, casi rozándose con ella; de ese modo, los pequeños cuadrúpedos que pudieran hacerle daño corren el peligro de desprenderse y caer en el elemento líquido, que le sirve de protección al nido. Aun para los colectores novicios, ese sistema de construcción es protector de las pequeñas avecitas, pues facilmente se confunde con los restos de yerbas secas colgadas por el río sobre las ramas bajas, duran te las crecientes del invierno.
Nido del Todirostrum Cineream Cuando están anidando, jamás se alejan mucho del lugar donde tienen fija su residencia: vuelan cortos trechos de una rama otra, cazando pequeños insectos al vuelo, y se po1370
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