Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
No lo veo!
Para Paginas Ilustradas Me contaba a noche mi linda compañera una escena que durante el día sucedió entre la criadı y nuestra hija Britta, de seis años. Ambos comentábamos el suceso con alegría.
Como las dos de la tarde, según costumbre, la sirvienta llamó los hijos mayores, Arnoldo y Britta, para darles un vaso de avena con galletas de leche. Porque no se le dió primero su ración, Britta se enojó y no quiso comer. La criada, con insistencia, puso en manos de la niña la galleta y la invitó que dejara su enojo y que comiese tranquila.
Britta, de mal humor. tomó la galleta y la tiró por el suelo, sin decir palabra.
Habló entonces la criada. Hijo. Britta, no le dé gusto al diablo, alce la galleta.
La chiquilla levantó la cabeza, miró a su alrededor y le preguntó la sirvienta. Qué quiere decir eso. En dónde está el diablo? No lo veo. Hiii, hiii. le da gusto al diablo. siguió la criada burlándose y señalando con el índice la galleta.
No lo ven. No lo vé? Allí está. Uy. uy. aliora sale y la va levanObservatorio Meteorológico de Costa Rica tar, está escondido esperando que usted alce la galleta. No lo veo. no lo veo. continuó la niña tranquilamente, buscando al diablo por todas partes. No lo veo. no lo veo.
Pasaba esta escena en el comedor. Anexo estaba el cuarto de costura, en donde mi compañera remendaba los calcetines. No lo veo. concluyó la niña. Dejó la galleta en el suelo y salió indiferente encontrarse con su mamá. Juntas hablaron y la niña conto lo que pasaba. Luego vino la sirvienta corroborar lo dicho.
Mi amiga dejó su trabajo y con dulzura se llevó a su hija para el comedor. Allí, con razones y buenos sentimientos, la convenció de que no era grato enojarse así y la hizo recoger la galleta. Enseguida.
volviéndose la criada, le indicó una vez más, con su buen genio habitual, que no tratara de educar a los niños por el miedo, que no llamara nunca en su auxilio al coco, al diablo, los duendes y demás seres fantásticos, porque eso era ineficaz para sus hijos y hasta perjudicial.
1373 Fot. Alfaro
Este documento no posee notas.