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eso.
Cåra encantadora de un chiquitin. Luego, Dios oyó nuestras plegarias y nos mandó Juan, tu Juan. Entonces empezó la vida para nosotros Espera, Catita, espera que pasen cuatro cinco meses y verás cuántas alegrías trae el primer hijo. No, no; puedes estar tranquila y contenta; tienes un angelito, tienes tu marido que te quiere mucho, puedes vivir sin pensamientos amargos. Qué más quieres?
CAT. Sé que es una tontería mía. Hasta yo veo mi felicidad. serenándose. Yo misma me creo dificultades. SRA. VOCK. Oye. pero no te enojes, te lo suplico. pero creo que seríais más felices, Catita, mucho más felices si. mira. yo, si alguna vez tengo pensamientos amargos, me siento libre de ellos cuando pienso un poquito allá arriba. confio al buen Dios mis penas y luego lue go, olvido esos pensamientos y estoy tan bien! No, no. para mí, digan lo que dijeren los sabios modernos, hay un Dios, hay un padre generoso que vela por nosotros. Un hombre sin religión no es agradable; pero una mujer no te enojes, Catita. Está bien. callar es mejor. Sinembargo, yo por mi parte ruego tanto al Señor. todos los días le rezo y él me escuchará al fin. Vosotros dos sois dos creaturas muy buenas. lo demás lo hará Él (abrasa su nuera) Pero, estoy perdiendo mucho tiempo con estas conversaciones.
CAT. Si pudiera ayudarte, mamá. Me apena verte siempre con tanto que hacer.
SRA. Vock. desde la puerta de entrada. No merece que hablemos de Por ahora estás en vacaciones. Cuando estés completamente restablecida, entonces me haré servir por tí. Se va. Catalina quiere dirigirse al dormitorio; en aquel momento entra Braun por la puerta del cuarto de estudio, tiene veintiséis años, pálido, el cansancio caracteriza su fisonomía, cabellos cortos; viste modernamente sin refinamiento alguno. Es flemático, menudo está de mal humor. BRAUN. Bah. se detiene, saca un cigarrillo de su cigarrera) También ha terminado esta ceremonia!
CAT. Tengo que confesarlo, se ha portado usted como un buen amigo, señor Braun.
BRAUN (fumando) Hubiera sido preferible dedicarme la pintura esta mañana. He perdido mucho tiempo.
CAT. Empieza Ud. otra vez con sus cosas.
BRAUN. Cuando no se está satisfecho de sí mismo. se sienta cerca de la mesa. pesar de todo, aun el bautizo tiene su lado bueno (rie y mira la mesa preparada. CAT. Observó usted Juan?
BRAUN. Estaba inquieto. No es verdad? Me esperaba algo terrible; temía que de un momento al otro interrumpiera al señor pastor. Qué sermón tan fastidioso.
CAT. No tanto, señor Braun.
BRAUN. Para mí es lo mismo Quién sabe si se me ocurre pintar Es hermosa!
CAT. Lo dice Ud. con seriedad. BRAUN. si lo hago, quiero que el cuadro despida un perfume de verdad que encadene el pensamiento. Quien lo vea debe sentirse en un ambiente de vino blanco, de tabaco, de picadura y de candelas de cera.
debe sentirse todo eso primera vista. debo estudiarlo. Sale Juan Vockerat de su cuarto de estudio, tiene veintiocho años, es rubio, rostro inteligente. BRAUN. Has venido? Te has olvidado de tus manías?
esa escena 1384

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