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SRA. VOCK. Al contrario, señorita. He tenido muchísimo placer en tratar una verdadera estudianta. Sabe usted. me había formado una idea tan rara. Es usted pariente del señor Braun. ΑΝΑ. No. nos conocimos en la exposición de París.
SRA. Vock. dándole la mano. Hasta la vista, señorita. He tenido mucho gusto.
ANA. Gracias, señora, y usted perdone mi visita importuna. la señora Vockerat saluda y entra en el dormitorio. Juan y Braun después de haberse puesto de acuerdo se separan, el segundo se dirige hacia Ana, Juan permanece en la veranda. BRAUN (sorprendido. Usted, señorita Mahr?
ANA. Sí, en persona; pero debo deciros que si he sido algo indiscreta viniendo esta casa la culpa es de la señora Magdalena.
BRAUN. Ni aun en sueños esperaba volverla ver. Estoy muy contento, ANA. Está usted contento? Entonces no he hecho mal en venir.
BRAUN. Me causa un gran placer. Pero por qué no se quita el sombrero. ANA. No, no. Quería solamente verlo y preguntarle por su salud (maliciosa. Sobre todo deseo tener alguna noticia sobre el grandioso cuadro que ha de hacer su inmortalidad. No se puede ver todavía?
BRAUN. De ese cuadro no existe ni aun la tela, señorita.
ANA. Malo, malo. sinembargo me había asegurado usted, BRAUN. Es verdad pero el hombre propone y la inspiración dispone.
Pero. por qué no se quita el sombrero. ANA. Ya he visto usted, ahora debo irme.
BRAUN Qué dice. Debe permanecer aquí.
ANA. Aquí?
BRAUN. Sí, aquí. No sabe en casa de quién está? En casa de Juan Vockerat. Debe conocerlo usted bastante por mis relaciones. Además hoy es dia de fiesta y.
ANA. No, no es conveniente. Tengo muchas cosas que hacer.
BRAUN. Las tiendas están cerradas.
ANA. No importa, puedo hacer algunas visitas. Pero no crea que no lo molestaré; tenemos que hablar mucho, decirnos nuestras vidas en el tiempo que hemos pasado sin vernos.
BRAUN. Pero. yo no la dejo irse así no más.
ANA. Hágame el favor, señor Braun, de dejarme partir en paz.
BRAUN (llamando. Juan, Juan. Juan llega, se ruboriza. Tengo el gusto de presentar ustedes: mi amigo Juan Vockerat, la senorita Ana Mahr.
ANA (al mismo tiempo. He oído hablar mucho de Ud. mi amigo JUAN Braun.
BRAUN. Mira, Juan, la señorita quiere dejarnos ahora mismo.
JUAN. Eso nos disgustaría a todos nosotros. No quiere pasar con nosotros un rato después de comida. ANA. No sé. si se me asegura que no molesto lo haré con mucho placer.
JUAN. Molestar? Al contrario (le ayuda a quitarse el sombrero y la bolsa de viaje que cuelga de su cintura, da ambas cosas a Braun. Ahora voy avisar vuestra llegada mi esposa (en la puerta del dormitorio, llama. Catalina. entra en el dormitorio. 1427
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