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hoy. hoy casi todos sus compañeros lo han dejado atrás. Hay algunos que no tienen la mitad de su talento y sinembargo se han abierto una carrera.
ANA. Eso demuestra que el señor Juan quiere levantarse con sus propios esfuerzos y vivir fuera de ese ambiente de mediocridad en que viven casi todos los jóvenes de nuestra época. Todos no pueden seguir el mismo camino. el señor Juan es de los que quieren abrirse una nueva vía.
SRA. VOCK. Eso no reporta beneficio alguno. Preferiría mil veces que fuera un simple agricultor un empleado cualquiera y no un pensador que se pierde, de día y de noche, entre nubes. Sí, señorita, dejemos al buen Dios el encargo de remediarlo todo. Si, sonría usted. yo voy la antigua y así voy bien. No habrá fuerza humana que llegue a hacerme olvidar de aquel que está allá arriba!
ANA. No he sonreído, mamá Vockerat. pero vea. ahora es usted quien sonríe así me gusta verla. venga conmigo al jardín. ise está tan bien. No quiere hacernos compañía?
SRA. VOCK. No; me haría daño y también es que tengo que hacer. Vaya usted y traiga Juan. digale que el café está listo. Ana parte, durante la conversación la señora Vockerat limpia los muebles. Luego, se oye en la calle una música que se aleja y cesa gradualmente. La señora corre la veranda.
Catalina con un vestido de casa sale del dormitorio. CATA. con fastidio. Qué ruido es ese que hacen todos los domingos?
SRA. Vock. Son los gimnastas de Berlín, hija mía. Qué jovenes tan robustos. Buenos días, Catita. has dormido bien?
CATA. Luisito ha llorado dos veces esta noche, me ha hecho desvelarme un poco.
SRA. VOCK. Deberías decidirte a dejar que Luisito duerma con su nodriza.
CATA. un poco disgustada. Pero, mamá, sabes. sabes muy bien que no lo haré.
SRA. VOCK. Siquiera una noche, Catalina!
CATA. enojada. No dejaré que se lleven mi muchachito. Un niño tan pequeño sin su mamá. SRA. VOCK. Pero no. quién te dice eso. Nadie piensa en llevárselo. Mira, ven acá. te daré tu café. quieres un poco de pan con mantequilla?
CATA. se sienta cerca de la mesa. Sí, hazme el favor (pausa en la cual la señora prepara el pan. Dónde está Juan?
SRA. Vock. Está cortando uvas en compañía de la señorita.
CATA. apoyando la barba en la mano. Es muy simpática, no es verdad?
SRA, VOCK. Hasta yo la quiero mucho.
CATA. Te acuerdas del tiempo en que eras enemiga de las mujeres emancipadas. SRA. VOCK. Pero ésta no lo es. ies tan amable. CATA. con vos apagada. Tan sencilla y tan modesta! pesar de que sabe mucho no conoce la presunción.
Sabes que me alegra su companía. más por Juan. No es verdad que ahora está más contento. Pausa. En muchas cosas hay que darle la razón la señorita Ana. El otro día dijo que nosotras las mujeres viviamos en un estado de inferioridad muy grande. es verdad, lo he podido apreciar tantas veces. Continuare)
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