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Los seis grupos, como se ve, coinciden exactamente y el orden de superposición teórica anunciado al principio parece dar ya resultado.
Se puede entonces derivar de nuestra ley diversas consecuencias, de las cuales voy indicar las más principales. Por ejemplo, los metales raros de los filones (grupo 6. que todos los estudios de metalogenia tratan de referir las rocas eruptivas, nos aparecen aquí como indicios, excepcionales a la superficie, de un estado de cosas mu ho más general sin duda, varios kilómetros de profundidad. Es lógico suponer que la complejidad de nuestra corteza superficial. resultado de toda la serie de movimientos reconocidos por la historia geológica, debe cesar una distancia poco cousiderable de la superficie, y que a esta profundidad un centro metálico, con el cual nuestras comunicaciones son enteramente accidentales, debe presentar un equilibrio más simple y más permanente.
Los elementos de este punto metálico, lejos de las conmociones introducidas por los trastornos de la superficie, pueden existir allí sometidos la licuación de manera más teórica por el efecto de fuerzas diversas, tales como la atracción universal y la fuerza centrífuga las que permanecen sometidos. Estos metales profundos, no los conocemos por consiguiente más que por azar, cuando uma bocanada de gas, una explosión de fumarolas, arastradas por los elementos designados más arriba bajo el nombre de mineralizadores, produce su ascensión hasta la superficie y su cristalización en los filones. Se explica de esta suerte, cómo existe, entre la rareza de un metal y de su densidad, una coincidencia tan curiosa: siendo los meDon Oscar Rohrmoser tales filonianos, afinidades químicas iguales, de tanta mayor rareza Ministro de Hacienda, Comercio y Fomento cuanto más densos.
Los últimos metales de esta serie serían entonces los más profundos, y cuando se ha llegado tal idea por una vía puramente geológica, viene a ser muy curioso encontrar al fin de la lista, entre los elementos que serían por tanto los más profundos de todos, y que nos aportarían desde entonces un testimonio de los estados singulares adquiridos por la materia en las entrañas de la tierra, este enigmático uranio con su fiel derivado el radio: esta familia de elementos químicos, de vida particularmente corta, particularmente rápida, en la que la energía, procedente de la compresión interna. parece hallarse almacenada de manera instable en el estado de potencial para derramarse más tarde espontáneamente, en calor y en luz. Es el único caso de evolución desarrollado en la naturaleza de los elementos químicos desde el instante en que son fijados en un punto de la corteza?
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