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SRA. VOCK. Mis ojos no me sirven ya para ver tan lejos (quiere volver la estancia. VOCK. Escucha.
SRA. VOCK. deteniéndose. Otra vez?
VOCK. Calla, Marta.
SRA. Vock. Qué es?
Vock. escucha y luego volviéndose hacia el interior cierra la puerta vidriera. No es nada. Me parecía escuchar un ruido de remos (se van por la puerta de entrada. Viene Juan, pálido, respira con la boca abierta.
Mira con miedo de ser descubierto, busca lo necesario para escribir, luego escribe temblando; luego, al escuchar que alguien viene, tira la pluma y huye otra ves por el fondo.
Entran el señor y la señora Vockerat acompañados de Catalina. SRA. VOCK. Qué hacías allí en la oscuridad?
CATA. protegiéndose los ojos con la mano. La luz me molesta.
SRA. VOCK. Qué mujercita ésta! Quién sabe cuánto tiempo hace que estás oscuras. CATA. sospechando. Por qué. por qué. en este momento me rodeáis de tanto cariño?
VOCK. Porque eres nuestra querida hija (la besa. CATA. sonriendo con tristeza. Sí, es porque os causo compasión.
SRA. VOCK. Compasión! Por qué Catita? No estás enferma.
CATA. Se ha ido Ana, mamá?
SRA. VOCK. Sí, Catalina!. ahora. ahora volverás ser feliz. Quieres todavía Juan?
CATA. la mira extrañada. Dios mío, todo, todo ha terminado!
VOCK. Catita mía, por qué tanta desesperación. Mira, yo tengo mucha confianza en el porvenir.
CATA. Mamá, la primera idea que me vino cuando Juan pidió mi mano, era muy cierta. Me recuerdo, cada momento alguien me gritaba al oído. Qué quieres que haga contigo un hombre tan inteligente. Qué quieres que encuentre en tí. Lo veis, entonces yo pensaba bien. SRA. Vock. No, Catita, no es él el grande frente tí, eres tú la noble delante de Juan. Él debe levantar la frente para mirarte.
BRAUN (entra precipitadamente por el fondo. Buenas noches. Juan, está aquí?
SRA. VOCK. Está arriba.
BRAUN. Está arriba. Tiene usted seguridad? Voy ver. se va precipitadamente por la puerta que da la escala. SRA. Vock. inquieta. Qué le pasará Braun?
CATA. con ansia. Dónde está Juan. Dónde está Juan?
Vock. Está arriba. no te lo he dicho. Braun vuelve; pausa. Qué hay, señor Braun?
BRAUN. No, señor; arriba no está. no está.
VOCK. Qué tiene usted. BRAUN. Nada, nada tengo.
CATA. mirando Braun con fijeza. Sí, usted tiene algo.
BRAUN. Nada, les he dicho. No hay motivo para alarmarse. sin embargo. creo que de ninguna manera debía haberse dejado solo Juan en estos momentos. Cuando yo venía pero. son tonterías.
VOCK. Hable, señor Braun, termine usted.
BRAUN. Cuando abrí la puerta del jardín vi apartarse de la orilla una barca silenciosa como con miedo de que la descubrieran. en ella iba alguien.
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