Apuntes Históricos sobre la Telegrafía Eléctrica Al señor con Roberto Castro (Continúa)
Para Páginas estris III Se necesitaba en aquellas épocas, valerse de un colector eléctrico que concentrara la fuerza en determinados puntos de una instalación, imprimiese ciertos movimientos para las señales, hasta que Oersted, el físico dinamarqués, comprobó en 1819 que las corrientes de la pila Volta influían directamente sobre las agujas imantadas, haciéndolas cambiar de posición. este conocimiento agregó Sturgen, en 1823, la propiedad de que las corrientes, comunican al hierro puro las condiciones del imán, cesando los efectos de la atracción, tan pronto como se suspendieran las corrientes. Sobre este descubrimiento se asienta la base de todas las aplicaciones electro telegráficas.
Tan luego como se popularizó el gran descubrimiento de Oersted de todos tan conocido, fue cuando Ampere, físico y poeta, presentó su exposición la Academia Científica de París el día de octubre de 1820, y cuya memoria dice: Con los resultados obtenidos de las experiencias de Oersted, se demuestra que usando los alambres conductores, tantos en número como agujas magnéticas, representando estas las letras que tenga el alfabeto, y colocando, además, los alambres bajo de las agujas brújulas, se podrán transmitir señales por medio de una pila situada muy larga distancia. La comunicación entre las pilas y cada una de las porciones de alambre de las inmediaciones de las brujulas, se puede establecer interrumpir por medio de llaves.
El año 1832 presenciaba el Emperador Alejandro de Rusia, el telégrafo eléctrico construído por el Barón Schilling, que se componía de alambres de platino forrados en seda, los cuales terminaban por un extremo, en cilindros huecos forrados con los mismos alambres y por el otro extremo en relación con una pila galvánica. En el centro de los cilindros dichos, había cinco agujas magnécticas colocadas verticalmente, de acuerdo con el principio de Oersted. En las funciones del aparato, la acción eléctrica de la primera aguja, daba origen la caída de un pequeño peso, de modo que se ponía trabajar otro aparato de relojería. Desgraciadamente su autor murió en San Petesburgo, antes de perfeccionar sus procedimientos.
En el año 1835, Gaus y Weber, usaron las máquinas electro magnéticas, en reemplazo de las pilas galvánicas, haciendo mover una barra imantada, dentro de un carrete forrado por las revoluciones de un alambre de 3, 000 pies de longttud. Para esto se servían los físicos dichos de un conmutador reótomo que invirtiera las corrientes. Por medio de un juego de lentes, debidamente combinado, se observaban los movimientos de la barra imantada por la electricidad.
En el decenio de 1830 1840 se dieron a la luz pública varios provectos de trasmisión eléctrica. Weatstone y Cooke en Inglaterra, Sheinheil en Munich, Morse en América, Amiot, Masson y Breguet en Francia, hicieron sus investigaciones en aquella época, pero entre todos los sistemas, sólo se expe1574