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diante una invención muy temeraria y personal, que Cervantes debió de presumir, pero no llegó realizar, preocupado con el primitivo designio paródico de su obra al Caballero de la Triste Figura. Figura triste como la del crucificado! Diríase que por la ventana abierta cayese la sombra luminosa de un Calvario, sobre el lecho mortuorio del soñador.
Sábese que por temor la monotonía resultante de poner siempre en escena sólo dos personajes, Don Quijote y Sancho, Richepin imaginó mezclar (no hay para qué decir que lo ha hecho con habilidad) la epopeya heroico cómica la romántica historieta de los amores de Cardenio y de la bella Lucinda, contrariados por la pasión de don Fernando, en lo cual creo que no ha tenido completa razón. Si la audacia no lo hubiese tentado escribir los extensos diálogos tan admirables y tan diferentes en su aparente semejanza, entre el caballero y el escudero, entre los relinchos del corcel y los rebuznos del asno, paréceme que hubiera podido, ejemplo de Cervantes. emplear los amores de Cardenio y Lucinda, como intermedio, como pantomimas habladas y cantadas, y no interpolarlos en el único sujeto del drama, que aquéllos retardan y trastornan sin que puedan interesar personalmente, porque no hay campo para desenvolverlos bien.¿Don Quijote y Sancho salen a la aventura? Los vemos partir uno sobre Rocinante y el otro sobre el asno? Nada de eso. Sólo veinos la sombra de la partida proyectada sobre un muro, en una noche de luna, cosa que considero exquisita. Me dicen que en otro Don Quiote había un efecto semejante de linterna inágica; consiento en ello y no le atribuyo ninguna importacia. En la pieza de que se me habla, aquéllo no era sino una bujería, una bufonada cinematográfica, pero aquí asume cierta representación muy singular de un simbolismo 110 sólo ingenioso sino conmovedor: es la partida de la sombra hacia la quimera.
Ahora veamos las aventuras esperadas: la enbestida contra los molinos de viento; la ventana tomada por un castillo: Maritornes convertida en doncella: el bálsamo de Fiera brás; Sancho manteado por arrieros irascibles y Don Quijote tras la puerta cerrada sin poder acudir en auxilio de su escudero, sacudido en la manta el maniquí es notable! antes de esto, Cardenio que busca Lucinda 10 Dorotea es derribado por la lanza de Don Quijote. Ya véis cuán importuno es Cardenio. Será que Richepin ha querido expresar que Don Quijote obstaculiza con su locura las realidades fácilmente felices de la vida y que 110 es útil sino cuando tiende a un ideal más inmaterial? Estoy punto de creerlo cuando veo en el cuadro siguiente, tras una escena de opereta Don Quijote libertando junto con los galeotos del Rey Ginés de Pasamonte que se pondrá de parte de don Ferdando contra Cardenio, pero sería necesario que esa inhabilidad del heroísmo en las cosas ordinarias de la vida se nos hubiese hecho comprender primero en algunos versos que habrían podido ser magníficos y que Richepin habría hecho muy bellos y fácilmente.
Concluídas sus vanas aventuras, Don Quijote, quien el mismo Duque y la Duquesa, arrepentidos del vil escarnio, lamentan haber bur lado: Don Quijote, decimos, parece punto de comprender que la vida no es análoga la aventura de los romances, aunque nunca morirá en él la fe en el perfecto ideal. Es aquí donde Richepin, excitando el entusiasmo del público, hace obra verdadera de gran poeta. Para curar el buen caballero, fin de que consienta en regresar a su aldea, donde lo esperan el barbero y el cura, el Bachiller Sansón Carrasco, imagina liacerle ver Dulcinea del Toboso, bajo la forma real de una complaciente campesina.
1587

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