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Se espera sorprenderlo y contristarlo, pero no, ya él sabía que la ideal figura de Dulcinea, producto de un recuerdo de la adolescencia, no era una verdadera Princesa de romance caballeresco; pero también sabía al menos lo sabe ahora, que ella es y será siempre justamente porque 110 ha existido en realidad su propio pensamiento convertido en amor ideal. En lo sucesivo estará libre de toda desilusión probable, pues comprende que todo lo que ha creído cierto en las cosas, en los seres, en la vida, no era sino su propia alma, que no pueden negarle ni arrebatarle; y cuando en el último acto, después de admirar deslumbrado el reflejo de su propia luz en Sancho, espejo obscuro ingenuo, muere cerca la clara ventana por donde cae como una recompensa la luminosa agonía del Gólgota, está seguro de resucitar en la eterna esperanza humana y divina!
Apenas he expresado cuanto hay de puro, alto, noble y admirable en esa prolongación del alma de Don Quijote hasta el más lejano ensueño, Jean Richepin ha completado Cervantes espaciándolo al infinito.
CATULLE MENDEZ MONTON DE PIEDRAS Los instintos son los ojos misteriosos del alma.
El alma tiene ilusiones como el pájaro tiene alas; eso es lo que la sostiene.
En la cuestión de la inmortalidad del alma se ve el por qué pero no se ve el cómo.
El pensador pregunta al recién nacido. De dónde vienes? y al moribundo. y ¿A dónde vas?
Lo único que sabe es que el recién nacido llora y que el moribundo tiembla.
El mundo material descansa sobre el equilibrio; el mundo moral sobre la equidad.
El equilibrio es la ley suprema y misteriosa del gran Todo.
El mundo material es su demostración visible.
Por absoluta necesidad, el mundo moral es su confirmación invisible.
Sin lo cual, esos mismos dos mundos, esos dos mundos cuya reunión lo abarca todo, no estarian equilibrados.
El esqueleto del animal no significa gran cosa más que una piedra cualquiera; el esqueleto del hombre es espantoso.
Porque la reflexión horrible no consiste en: esto ha vivido, sino en: esto ha pen.
sado.
Lo que el animal sabe, ignora que lo sabe. El hombre sabe que ignora.
Cuando el sentimiento de lo infinito entra en alta dosis en un hombre, hace de él un dios un monstruo, Jesucristo Torquemadla.
La conciencia es Dios presente en e! hombre.
La oración es una augusta confesión de ignorancia.
Mi ¡Dios mío, concededme en luz y en amor todo lo posible de vuestro infinito. Cuál es la más elevada facultad del alma. No será el ingenio?
No, es la bondad.
La razón del mejor es siempre la más fuerte (1. oración. En contraposición del conocido pensamiento: La raison du plus fort est toujours la meilleure.
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