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Doctor don Mariano Padilla Nació este distinguido caballero en la ciudad de Guatemala el de abril de 1844. Fueron sus padres el ilustre centro americano Dr. don Mariano Padilla y doña Juana Matute.
Hizo sus estudios de segunda enseñanza en la Universidad de aquela misma capital, con tan buen éxito que a los 13 años de edad obtuvo el título de Bachiller en Ciencias Naturales.
No fueron menos rápidos sus progresos en los estudios profesionales, pues apenas cumplidos los 18 años recibió el título de Bachiller en Medicina, y los 20 la Licenciatura.
Pocos años después coronó brillantemente su carrera con la borla de Doctor en Medicina y Cirugía.
En setiembre de 1864 vino Costa Rica en viaje de recreo y regresó su patria después de dos meses de permanencia entre nosotros.
En 1865 volvió a este país, regresando Guatemala en 1877. Dos años más tarde, en 1879, vino para establecerse definitivamente en la ciudad de Alajuela, en donde contrajo matrimonio en primeras nupcias con la señorita Teodora González, y en segundas nupcias con la señorita Ninfa Soto, ambas de familias distinguidas de aquella culta sociedad.
Fué el Dr. Padilla el fundador del Hospital de San Rafael de Alajuela, al que sirvió gratuitamente y de manera abnegada durante seis años.
Desde su llegada Costa Rica mereció el cariño y consideraciones de todas las personas que lo conocieron y trataron; y por sus benéficas obras, por su buen corazón y por su afabilidad fué el Doctor Padilla una de las personalidades más queridas en Alajuela, en donde se le considera como benefactor.
El Doctor Padilla se rindió a la dolencia diez días antes de su muerte.
En cuanto Alajuela supo que su querido Doctor se hallaba postrado en cama acudió a su lado, sin abandonarle un solo momento sus numerosos amigos y rodeado de muchos de éstos y de su familia expiró las de la mañana del.
viernes 13 del corriente mes.
Cuando fué pública la noticia de su fallecimiento, el Supremo Gobierno, la Municipalidad de Alajuela, el Centro Social, la Facultad de Medicina y otras entidades, quisieron con espontánea unanimidad asociarse al duelo general suministrando el primero todos los gastos del entierro, acordando la segunda honrar su memoria y votando un crédito para ese objeto, y dando público testimonio de homenaje al ilustre muerto, los últimos.
De este concurso de sentimientos de duelo fué buena prueba el entierro que tuvo lugar el mismo viernes a las 112 a. rindiéndose al cadáver del Doctor Padilla los honores de Coronel.
Ya en el Camposanto y colocado el féretro sobre la bóveda destinada por la Municipalidad para recibir los mortales restos del que tanto bien hizo Alajuela, don Tranquilino Chacón en nombre de la Comisión especial creada para tributar las honras fúnebres, pronunció un discurso necrológico que insertamos continuación: 1654
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