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tallada a la inglesa en lo honesto de sus palabras y acciones jamás reconoció límites. ha caído, vencido por cruel enfermedad, pero él no menos valiente, guisa de gladiador antiguo en la arena del combate. Con ese estoicismo propio de las convicciones profundas y del valor en la plenitud de su concepción, el doctor Padilla vió acercarse la muerte, con su terrible guadaña, y la recibió. orando por la humanidad! Médico experto, conoció con lucidez mantenida hasta el fin, el tiempo preciso que le restaba de vida. Casi fijaba sus amigos, acongojados al rededor de su lecho, la hora de su muerte, con serenidad admirable.
Hasta sus frases de despedida fueron consoladoras, porque era tal su generosilad que procuraba contener sus lágrimas lo que a veces no pudo conseguir en los solemnes momentos de acercársele alguno de sus niños, para que presencia de cuadro tan aflictivo, no las derramasen los demás, como si el sentimiento no brotase espontáneo, cual de otra peña el cristalino manantial.
Del doctor Padilla sólo nos queda ya recuerdo de sus merecimientos y virtudes, esculpidos en alto relieve en el corazón de cada una de sus criaturas beneficiadas, que son innumerables, al fin formadas al calor de sus sentimientos, durante cuarenta años consecutivos de existencia entre nosotros.
Tales merecimientos y virtudes, así esculpidos, simbolizan el blazón de la noble familia del doctor Padilla, ofreciendo un dechado el más edificante, que perdurará en Alajuela para enseñanza y provecho de la nueva generación. sobre el túmulo que ahi ha de levantar en breve la gratitud general, se imprimirá con caracteres de oro, resaltantes sobre el mármol, su eterno recuerdo. Mientras tanto, que en el regazo de la madre tierra descanse en paz ese varón insigne!
El mismo señor Chacón en su propio nombre y como portavoz del vecindario de Alajuela, quiso hacer constar la gratitud de éste hacia el digno y querido Doctor Padilla.
El Doctor don Francisco Arana, llevando la representación del Centro Social de Alajuela y personalmente se asoció al duelo general, dedicando sentidas y elocuentes frases al fallecido.
En nombre del señor Presidente de la República, quien tuvo siempre en gran estima al Doctor Padilla, habló el señor Gobernador de la provincia, don Julio Acosta, que también en la representación que ostentaba y en la suya particular, dió Alajuela sentido pésame por la pérdida que acababa de sufrir.
Tales fueron los discursos oficiales; pero no terminaron con ellos las muestras de sentimiento, pues don Gonzalo Sánchez leyó una composición poética, muy adecuada inspirada, y también hicieron uso de la palabra los señores don Francisco Jinesta Soto, don Nicolás Solano y don Fermín Meza. y Páginas Ilustradas se identifica con los que pública y privadamente quisieron testimoniar el elevado y justo concepto en que se tuvo al Doctor Padilla, y al rendir su atribulada familia su más sentido pésame, le lleva como triste pero sincero lenitivo el homenaje que rinde la memoria del ilustre difunto.
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