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Discurso pronunciado por la señorita Digna Casal, Directora de la Escuela de Cocina, el día en que esta fué inaugurada.
Señoras y señoritas: Grande es el honor que me ha hecho el Supremo Gobierno al nombrarme Directora de esta escuela, honor que no merezco. Mis escasas dotes y mi poca experiencia, me hacen temer que el resultado no llegue ser tan satisfactorio como yo desea ra: Pero animada por la bondad del señor Presidente y del señor Ministro de Instrucción Pública, y por mi buena voluntad, comienzo con gran placer esta tarea muy difícil en verdad, pero que ustedes, señoras y señoritas contribuirán en gran parte hacer menos difícil con la benevolencia que les caracteriza y que demuestran al haber venido inscribirse en el número de mis alumnas.
Algunas de ustedes, lo sé muy bien, poseen muchos conocimientos culinarios y podrían reemplazarme, pero también ustedes, como yo, sabemos que nunca se acaba de aprender y espero que si mis conocimientos no les son nuevos al menos les facilitarán la manera de ejecutar los diferentes platos, y esto será para mí una satisfacción.
Si esta escuela de cocina produce buenos resultados, ellos serán de gran trascendencia para nuestra querida Costa Rica, que, aunque fequeña en territorio, es grande en aspiraciones.
Vean lo que dice respecto de la cocina uno de los economistas más eminentes de Francia, iniciador del arbitraje y de la paz, Monsieur Fe.
derico Passy, miembro del Instituto de Francia y autor de la filosofía de la cocina, dice. La economía doméstica es el fundamento de la economía política, y un buen sistema culiuario es uno de los factores esenciales de la paz del hogar. Aun desde el punto de vista de un bello lenguaje, del arte, de la ciencia y de todo desarrollo intelectual y moral de la nación, aquel que hubiere logrado desarraigar de nuestros espíritus y costumbres todos los errores de los regímenes que nos abandonamos todavía, aquel que hubiere enseñado a las maestras, las madres y las jóvenes el arte de comer y de hacer de comer, ese habrá hecho a la humanidad tanto bien como los Napoleones y los Bismark le han hecho daño. Estos párrafos demuestran el alto concepto que se tiene en Francia del arte de cocinar.
Muchos creen que toda mujer provista de un poco de inteligencia, sabe como por instinto ejecutar los trabajos del hogar y que no liay necesidad de enseñarlas, pero las personas reflexivas saben que nada puede aprenderse bien sin método y esfuerzos.
En Europa existe hoy día gran número de escuelas menágéres, donde las alumnas aprenden los oficios del hogar. En Alemania, en la ciudad de Essen, un industrial, Federico Krupp, ha hecho una experiencia curiosa para demostrar los buenos efectos de un buen régimen alimenticio. Al entrar las alumnas la escuela menágére de Essen son pesadas, y poco después se nota que crecen de una manera considerable, aumentando su peso. Permanecen en la escuela meses y al salir de ella son de nuevo pesadas para establecer la proporción de aumento de su peso.
Hubo niña de 14 años que al entrar pesaba 50 kilos y al salir 57. Estas señoritas salen de la escuela rebozando salud y ya acostumbradas comer bien, van implantar en su hogar un buen régimen alimenticio, el que es secundado por sus padres.
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