ahora tumba de un hachazo el roble gigante y frondoso cuya sombra cuasi centenaria crecía una generación de polluelos. Pero la muerte implacable no podrá, sin embargo, hacer completamente el vacío alrededor de este poeta, que allí, en la fúnebre soledad, siempre estarán con él, poblando el aire de armonías, su musa doliente y el cariño de los que lo queremos y lo admiramos.
Don Juan de Dios Céspedes ha muerto en Don Juan de Dios la cercana población de Tres Ríos, lugar de su Céspedes nacimiento. No era el señor Céspedes un ser anónimo entre el rebaño de hombres que en triste confusión conduce la muerte el Destino: era un trabajador que iba regando semilla de ciencia en el surco recién abierto.
Hizo sus estudios superiores en una ciudad de Alemania, y, al volver, se dedicó por completo la noble, pero dura carrera del profesorado. Durante largo tiempo enseñó Física y Química en varios colegios de la República También escribió un tratado sobre esa misma ciencia, el estudio de su ferviente predilección.
No fué estéril, por lo tanto, ni mucho menos, la vida de este hombre, que era a la vez un terrible soñador de amables y generosas utopías; y si, como tal, perdió lamentablemente su tiempo y su fósforo en vanas declama.
ciones, como profesor ha dejado luz de ciencia en más de un cerebro.
Lleva, por consiguiente, la tumba un título bien ganado a la gratitud de la patria; sus alumnos lo recordarán, fe, con efusión cariñosa y los indiferentes admiraremos en él al soñador lleno de bondad que pensaba constantemente en tiempos mejores. La ciencia hace buenos los descendientes de Adán. Bendita sea la ciencia!
Ha regresado al país el señor don Alfredo Esquivel, DirecSaludo tor General de Correos. El señor Esquivel ha representado la República en el Congreso Postal que en la vieja ciudad de los Césares tuvo efecto hace poco. Su iniciativa acuciosa, su cultura simpática y su conocimiento del servicio postal son fundamento bastante para creer que el delegado costarricense ha representado a la patria con lucidez y con honra. Acepte el señor Esquivel nuestro cariñoso saludo de bienvenida.
GASIÓN DE SILVA 1708