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Canción de la Muerte ROMULO TOVAR Para Páginas Nostradas En un ángulo de mi tosca mesa el yunque en donde forjomis estrofas há tiempo que sonríe conmigo una mugrosa calavera humana, no sé quien perteneció, sólo podré afirmar que la exhumé de un cementerio una vez que la hube menester.
Es una buena amiga, pues en mis horas de hastío, cuando la murria me atormenta sin piedad, ella me escancia su beleño en la copa cristalina de mi reflexión, ella me ha inspirado versos estoicos y veces amargos como la savia de las adelfas, me lleva los tenebrosos dominios de la Muerte, donde impera el arcano adusto de lo ignoto, perpetuamente grave, perennemente mudo como la Esfinge del desierto; ella me ha enseñado despreciar la vida viviéndola y me ha dicho en su lenguaje misterioso que la muerte de la materia humana no es más que un fenómeno de transformación, que el Cosmos es infinito, que el Universo nunca muere. Contémplame al través de un microscopio me ha dicho y verás millares de seres pequeñísimos que se agitan en mi hueso, esos seres se disgregan en el ambiente, esa es la eterna evolución de la Natura. monstruo hambriento que se devora sí mismo, constantemente, en el curso de GENERAL JOSE MONTUFAR tantos y tantos siglos. Las muerto en la última guerra entre Guatemala y momias egipcias no pasan de El Salvador ser un vano impulso del orgullo y la vanidad humanos para contener los avances de la ley de transformación universal. mezquina pretensión!
Cuántas noches, en la hora del pensar profundo, la he sorprendido 1718

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