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burlándose de mis afanes y de mis congojas íntimas con la horrible carcajada de sus mandíbulas escuetas y ella me hace participar entonces de su desprecio las miserias humanas!
Cuentan que Lord Byron el silfo de Lutecia convertido en gnomo de Teutonia bebía el licor de las orgías en el cráneo de su querida predilecta para inspirarse y cantar así su escepticismo y sus dolores infinitos, yo en la caja de la calavera de mi cuento escucho una canción de rumores fantásticos, una elegía extraña y triste, una historia de cien lustros.
Aquí me dice en esta cavidad obscura se forjaron millones de millones de pensamientos que brotaban como bandadas de libélulas en alas de la palabra, y revoloteaban hasta perderse en el infinito; aquí en estas cuencas, vacías y hondas, se albergaron dos pupilas azules como el cielo de los trópicos, mi parte superior ostentó bucles de cabello blondo semejante las espigas que doró el verano; estos pómulos salientes fueron cubiertos por piel sedeña y sonrosada como los tempranos lirios de Laponia, mis dientes, carcomidos hoy, fueron comparados por los poetas con un teclado de marfil, con un engarce de perlas delicadas; fuí, en fin, el rostro de una mujer joven y ahora. miserable de mí! contemplame, soy un despojo que inspiro asco y miedo a la mayoría de los mortales Yo seré la Musa que pondrá en tu lira bronca extrañísimas canciones porque soy poseedora de los secretos de las adversidades de la Vida y de los profundos enigmas de la Muerte, yo te brindaré el opio de mi canto para darte aliento en las luchas mundanales, y te revelaré cómo se engendrarán con la savia de tu carne nuevos seres cuando te revuelques joh mortal: en ei lecho de la tumba, con tu madre incestuosa que los hombres apeIlidaron Tierra; pero en tanto vive, porque la Vida merece vivirla; salta por sobre los obstáculos que te presente; el viaje hacia la Muerte, marcado por tu destino, es un deber y si violentas tu existencia eres un cobarde.
y así prosigue la caja ósea en tanto que por mis nervios discurren extrañas sensaciones y al clavar de nuevo mi vista en ella, la sorprendo en su espantosa carcajada muda. LISÍMACO CHAVARRÍA bella, Notas curiosas Para los egipcios y los griegos el mes de setiembre se llamaba Bocdomion, nombre alegórico que significaba el equinoccio que se verifica en él.
Rómulo le dió el nombre de Septiembre cuando le señaló por el mes en el calendario romano. Entre nosotros debería de llamarse Noviembre, En opinión de un oficial inglés, es fácil acabar con las ratas por medio de otras ratas, las de Noruega, que tienen el feroz instinto de de gollar los dañinos roedores que no sean de su raza. Falta ahora saber si dicha raza puede aclimatarse en otros países y si no pierde lo que podemos llamar su hermosa virtud.
1719

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