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nos en los callejones de las haciendas, aunque esto sucede raras veces.
Sus gritos comunes son parecidos los de un gato que pide alimento, y cuando está contento produce, como los gatos, un ronquido de satisfacción.
El macho y la he nbra viven separados y cada uno caza para sí.
Los monos son muy perseguidos por el puma, que sabe seguirlos en los árboles, merced a su gran agilidad, que también aprovecha para perder a los perros cuando lo persiguen.
Los gauchos lo ca zaban con las bolas con el lazo; Campvell se expresa de esta caza en los términos siguientes. Los gauchos, estos soberbios caballeros de las estepas, muestran extremada afición la caza del pnma; lo persiguen en veloces corceles y le echan con singular destreza el lazo al cuello y poniendo sus caballos al galope, arrastran así al puma, estrangulándoles.
Teme mucho al hombre; una vez bastaron unos cuantos palos y piedras para arrojarlo de un callejón.
No conocemos ningún caso en que haya atacado nadie: solamente tenemos noticia que en el año 1895, uno de los leones cautivos de nues.
tro museo dió una manotada un niño que había acercado su cabeza los barrotes de la jaula; pero este es un caso raro y el señor Anastasio Alfaro dice que los leones cautivos siempre se dejaron acariciar.
Sigue de cerca los caminantes, maullando siempre y sin mostrarse por ninguna parte, Una vez que andábamos cazando sitió un león el rancho en que dormíamos, durante varias noches; siempre maullaba pero nunca se acercó una distancia menor de 25 varas.
La hembra pare dos hijos, raramente tres; no sabe defenderlos y no tiene ningún escrúpulo en abandonarlos al mener peligro.
Algunos de nuestros campesinos comen la carne del león, pero nunca lo cuentan, sino entre ellos mismos, pues creen que el que come de su carne queda excomulgado.
Creen también nuestros campesinos que el puma va precedido por unave que llaman pu del lcón; decir verdad, esto no tendría nada de extraño, pues bien pudiera esta ave ser un comensal; pero ninguno de los que han observado las costumbres del puma cita este caso y como en nuestro museo se nos ha dicho que el ave conocida por pu del león, no es sino una lecliuza, no debemos aceptar esta aseveración.
Nuestros indígenas usaban collares hechos con las uñas y colmillos de este animal.
Llega domesticarse, gusta de las caricias y reconoce su amo, pero tiene el grave defecto de jugar con él, echándose de improviso sobre su dueño, que tiene que sufrir las inocentes caricias que le prodigael felino.
Teme mucho al agua, pero sabe nadar perfectamente cuando se ve forzado ello.
Nuestro territorio encierra dos especies afines ésta: son: Felis jaguarondi Desm; esta especie es más pequeña, de color rojizo alunado y con las extremidades posteriores altas. Se conoce, entre nosotros, por león miquero. Prefiere los bosques. Ha sido colectado en Dota. Miravalles, Candelaria y Jiménez.
La otra especie es Felis evra Desm. Esta es de mucho menor tamaño y tiene mucho de la apariencia de los mustélidos. Probablemente es el animal que nuestro pueblo llama caucel colorado.
CLODOMIRO PICADO TWIGHT 1721
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