Guardar

¿En qué te entretienes mientras los demás juegan. le preguntó un día el maestro.
El chico no contestó. No sabía qué decir. Pero el maestro le buscó las vueltas para averiguar sus juegos. Un día vió que Isaac, sin más herramientas que sus manos y una navajita, había hecho un molino de aquellos de antaño que eran movidos por un hombre por un perro metido dentro de una rueda, la que daban vuelta sin querer y sin cesar por obra de su propio peso. Pero como el molino de Isaac era muy pequeñito, en vez de hacer que lo moviese un perro él se las había arreglado para coger un ratón que hacia de molinero tan guapamente.
El maestro se quedó absorto ante aquel enormisimo esfuerzo de paciencia y habilidad.
Más adelante, el sictemesino construyó un reloj de agua, aprovechando la fuerza de un chorrecito que había en el jardín; después un reloj de sol; luego un carrito que movia su propio conductor, sin caballos, sin mulas ni trolley ni ná, como cantan en una zarzuela; es decir la primitiva forma del automóvil. Por último los trece catorce años ya no inventó nada; pero se enamoró de una muchachita muy guapa que se llamaba Miss Storay, la cual no le hizo caso. Los otros chicos seguían burlándose de él por las tonterías que inventaba y por su enamoramiento. En cambio, el maestro ya no se reía de él sino que le predecía un gran porvenir.
No era ésta, por lo demás, una maravilla que acusara en el maestro una gran aptitud para la profecía, pues todo hombre capaz de observar los hechos y de relacionarlos con las facultades, y un maestro debe ser siempre capaz de esto, deduce bien pronto de la aplicación que sus facultades da un niño, su probable porvenir. así como con toda seguridad puede predecirsele al muchacho haragan insolente que no hará nada bueno en su vida si no es regenerarse en alguna cárcel, así también es bastante fácil augurarle a un niño que aplica una clara inteligencia natural hacer obras de ingenio práctico, un brillante benéfico porvenir sin arriesgar mucho con la predicción.
El maestro aquel no se equivocó, pues.
El chico sietemesino se hizo grande y fué el mayor sabio de su siglo: fué el autor de la Aritmética Universal, fue descubridor de las Reflexiones, refracciones, inflexiones, y colores de la luz blanca; fue el que explicó la teoria del arco iris, fue el que escribió los Principios matemáticos de filosofia natural, donde se explican las leyes fundamentales de la atracción, las relaciones entre todos los planetas y, en fin, el sistema del mundo. Sabéis como se llamaba el sietemesino? Se llamaba Isaac Newton.
Párrafos En la hora actual, en el punto que han llegado las leyes y las costumbres de occidente, el matrimonio tiene un alcance equivocado. Su base es generalmente el interés.
y no el amor.
Las más de las veces se trata de un contrato, no de un misterio; es una prostitució, no una celebración; es una esclavitud, no una eflorescencia.
De ahí esa rebelión del amor que se califica de adulterio.
Hoy, sea cual haya sido el trabajo de las ideas sociales desde todas nuestras revolaciones, todo ese conjunto de hechos que se encadenan entre sí, matrimonio, adulterio, prostitución, son cosas vistas a través de una luz falsa, de una claridad enga.
nosa.
170

    Notas

    Este documento no posee notas.