Las trampas de un espiritista El periódico Light. órgano de los espiritistas de Londres, acaba de publicar una sensacional reseña del descubrimiento de un gran fraude cometido por uno de los mediums más conocidos y su gerente. Los culpables son Charles Elfred de Nottingham y Mr. Eddis, su manager.
El descubrimiento se hizo en una sesión anterior y se habían visto fenómenos que llenaron de asombro a todos los concurrentes, hicieron que uno de ellos entrara en sospechas de que la silla o la cámara que usaba el medium tuviese alguna trampa. Mr. Bradley examinó la silla, que había quedado en su casa después de la sesión, y descubrió que en la parte posterior tenía una parte hueca, en cuya superficie había una bocallave hábilmente disimulada entre el tapiz. Comunicó su descubrimiento a otro de los asiduos concurrentes estas sesiones, y entre San José. Contraste entre casas antiguas y modernas Fot. Mora los tres se proveyeron de una llave propósito y lograron abrir la cerradura. Encontraron entonces una caja de regulares dimensiones.
Los tres se guardaron de comunicar el resultado de sus pesquisas. Llegó el día de la sesión y se tuvo mucho cuidado de examinar al medium y la silla.
Se vió que ésta ofrecía un gran abultamiento en el lugar correspondiente la cerradura secreta. Entonces las tres personas que conocían el secreto, declararon que en la silla había algo muy sospechoso, y que era necesario registrarla. Fue abierto el cajón secreto y se encontró que contenía una cabeza de trapo, plegadiza, con una máscara de cera; seis piezas de seda de China, finísima; dos piezas de género negro, que se usaban en el llamado experimento de la desmaterialización; tres barbas postizas de distintos matices; dos pelucas, una gris y la otra blanca; un soporte extensible de metal, con un gancho, que usaba para producir lo que llaman los espiritistas la segunda forma. una pequeña lámpara para producir en la cámara las luces.
Todos estos aparatos servían para sacar las llamadas fotografías de espiritus, 1786