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Academia de la sonrisa BALAS DE PAPEL Voy a comunicar mis amables lectores,. si es que se me permite emplear el «posesivo. dos noticias de verdadera sensación.
Acabo de leer en un periódico inglés el siguiente reclamo, encabezado con letras como lentejas, en esta forma. Do you like Flowers, madam. lo que es lo mismo. Es usted aficionada a las flores, señora? a continuación se anuncia una Academia en la cual varias profesoras de estética femenina ofrecen las señoritas de la Gran Bretaña enseñarles a sonreír como sonríe la Reina Alejandra, por el módico precio de media libra esterlina. como esto merece y necesita una explicación, voy a darla.
Los súbditos ingleses y muchísimos extranjeros saben que la Reina Alejandra de Inglaterra tiene una manera de sonreir carecterística y encantadora; una mezcla de bondad y de melancolía, que dan la fisonomía de la soberana señora una gracia indefinible y que no hay quien resista, una sonrisa hipnotizante.
Las damas británicas admiran esa sonrisa y tratan de imitarla.
Pero como no es cosa de que la egregia señora se meta en un escaparate para que todo el mundo la vea sonreir, ni es fácil que se prestara estar haciendo guiños continuamente, de ahí que se han creado esas academias «sonrientes y que recorren la Gran Bretaña infinitas profesoras de estética femenil.
Dice el colega que en Londres, en Birmigliam y en Glasgow, todas las señoras responden a la menor frase galante, la más pequeña flor, con la misma simple inmutable sonrisa, imitando a la de la Reina.
Ya se les hable de la lluvia, del tiempo, de política, de sabañones, de. lo que sea. sonrisa al canto, con inclinación al género trágico al género chico, según el asunto de que se trate.
Será cosa de ver young girl. married woman» y hasta «widow, es decir, una joven, una casada y hasta una viuda de cara larga y apergaminada, fruncir los labios y hacer horribles muecas on su afán de asimilarse la que califican de divina sonrisa de la reina Alejandra, que según dicen, es irresistible. cuánto siento no disponer de tiempo y algunos céntimos para llegarme tomar unas lecciones y aprender scnreir para cuando llegaran los primeros de mes!
Aún cuando tengo para mí que los caseros deben ser refractarios las sonrisas: como los que venden muebles plazos. vamos otra cosa, si les parece ustedes.
Hasta ahora se había creído que para matar a un hombre en la guerra á una fiera en la caza, la bala que los hiriera había de ser de metal. Pero, según algunas experiencias hechas en Inglaterra, resulta que para largas distancias el metal es insustituible, pero para distancias cortas causan mayores estragos los proyectiles de papel, así sea de estraza.
En los ensayos de comparación se ha demostrado que una bala ordinaria, al atravesar un tablón de tres centímetros de espesor, deja un 1787
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