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Las Dos. Llegad las dos: mi espíritu abatido Venid reanimar con due anhelo; Soy un pobre viajero, vengo herido, Necesito de amor y de consuelo!
Es tan bello el hogar. Si brota el lloro Después de batallar con el destino, Encuentro en vuestros pechos un tesoro Cuando la frente pesaroso inclino. Oh! ven tú, mi Piedad, la compañera Que en el erial del mundo Dios me ha dado; Tú, la mujer amante y hechicera Que el llanto de mis ojos ha enjugado; Tú la que comprendiendo mis dolores Mostraste otro horizonte mi existencia, que regando en mi camino flores Me ofreciste tu amor y tu inocencia! tú, Victoria, ven: tú la que llevas El dulce nombre de mi madre amada; Tú, la que al cielo la mirada elevas Tan pura como tu alma inmaculada!
Gozo serías de tu noble abuela Bec dición de mis cándidos amores. Hija del corazón, to padre anhela La senda de tu vida ornar de flores!
Venid, venid. me siento tan dichoso Cuando os veo las dos aquí mi lado, Que hasta olvido con pecho generoso Las ofensas que el mundo me ha causado!
Venid que os acaricie; y cuando muera acaben para siempre mis enojos, Como una ofrenda de piedad postrera Cerrad vosotras mis cansados ojos. JOSÉ FLAMENCO 1812

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