Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
MASCAGNI Caballeria rusticana, intermezzo.
10. Tanhaeuser, aria Señorita Paulina González WAGNER MOSZKOWSKI CHAPI 11. Hongrois.
12. La Tempestad, concertante.
Solistas: señorita Luisa Montero, señorita Angela Buntamante y señores Manuel Salazar, Samuel Montandón y Juan Arias, y coro 4 voces.
Los señores delegados dan la vuelta sus rativos lares, para Despedida donde se embarcaron el viernes en Puntarenas. Este cronista espera que el viejo Neptuno lleve con viento próspero los distinguidos centroamericanos que durante algunos días han sido aquí huéspedes de ia nación. Dicese que nuestro Ministro de Relaciones Exteriores celebró varios tratados con los representantes de las Repúblicas hermanas; sea enhorabuena.
Yo no creo en la virtualidad congénita de los tratados: para que éstos tengan eficacia es forzoso que sus artículos se atemperen las reclamaciones de apremios palpitantes y que pugnan, con fuerza expansiva, por invadir otros horizontes; los tratados sirven para resguardar y fomentar intereses creados; pero no crean intere ses por la sola virtud de sus estipulaciones. Como no respondan al llamamiento de una necesidad, los tratados vienen a ser elucubraciones diplomáticas sin trascendencia positiva en el conjunto de los intereses materiales, únicos que dan fuerza impulsiva los idealismos generosos de que, en esferas más elevadas, se nutren las relaciones de los pueblos. Ignoro si los tratados recientes reunen condiciones que los hagan viables; pero tengo para mí, en cambio, que la reunión de familia, digámoslo así, ahora celebrada en San José ha de pro lucir excelentes influencias en las relaciones recíprocas de estos pueblos. Los señores delegados han podido apreciar, de seguro, el afecto sin fórmulas que el costarricense experimenta por sus hermanos de las otras Repúblicas, y esa impresión ha de repercutir con vibraciones duraderas, por un fenómeno de simpatía, en el ánimo de las sociedades que aquí han tenido ahora delegaciones suyas. Esto sólo vale por el mejor tratado.
Gastón de Silva 1834
Este documento no posee notas.