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y arrojo. Imaginaos, pues, el efecto que ha de pruducir en las costumbres el convencimiento de que el valor así considerado no es otra cosa que un desequilibrio intelectual! De seguro se alcanzará un gran progreso cuando lleguemos comprender que para triunfar con ventaja en la lucha por la vida sólo se necesita tener un cuerpo sano, bien cuidado por la higiene y los ejercicios musculares; con la inteligencia llena de buenas ideas y el corazon palpitando impulsos fraternales solamente.
El sistema de reforma en Elmira tiende a mejorar las condiciones fisicas e intelectuales, valiéndose para ello de ejercicios del cuerpo y disciplina mental.
Los ejercicios sistemáticos y las prácticas que tienden a establecer hábitos de orden, modifican el carácter de los asilados y los preparan de manera que pueden soportar con ventaja una vida libre y regular. Treinta oficios se enseñan dentro del Establecimiento, escogiendo para cada uno los individuos más apropiados por sus especiales inclinaciones; muchos de ellos logran adquirir un oficio con absoluta perfección, y los otros salen del Reformatorio con principios bastantes para seguir ocupándose después en trabajos lucrativos. La práctica de una rigurosa disciplina militar, les suministra hábitos de limpieza, orden y respeto a las autotoridades; además se les enseña ser buenos soldados y oficiales para cuando la nación haya de necesitar sus servicios. Al comenzar, casi todos se someten a las prácticas del Reformatorio, sin cariño alguno, con el aliciente tan sólo de obtener su libertad en el menor tiempo posible; pero, poco a poco, lo que es al principio una práctica obligada por el interés, llega a convertirse en verdaderos hábitos, hasta llegar a convencerse de que la enseñanza de artes y oficios debiera ser obiigatoria, como lo es la instrucción pública para la juventud.
La identificación se practica en el Reformatorio de Elmira por medio del sistema Bertillón y ha podido averiguarse, con verdadera certeza, que solamente un cuatro por ciento de los individuos disciplinados en Elmira han vuelto más tarde caer en poder de la justicia, en otros establecimientos penales.
El Reformatorio no tiene aspecto de cárcel, más parece un gran Colegio una populosa Escuela de Artes y Oficios, con sus talleres, baños, patios de ejercicios, salones de gimnasio para invierno, que un presidio verdadero. El go de marzo de 1905 se declaró un incendio casual en uno de los edificios y todos los reos acudieron sofocar el fuego, como si fuesen operarios libres de una fábrica a la cual se le tiene gran cariño.
ANASTASIO ALFARO Párrafos En nuestra sociedad, tal como se halla constituida, la mujer debe tener al hombre atado ella con un hilo; pero es preciso que el hilo sea largo. que se vaya devanando casi indefinidamente entre los inteligentes dedos de la mujer, y que el hombre no lo perciba nuca, porque lo romperia. Sucede veces que el hombre, yendo y viniendo sin rumbe fijo. mezcla, sin darse cuer cuenta de ello, el hilo con los acontecimientos complicados de la vida y lo enreda. La mu mujer, entonces, sin ruido, acude detrás de él, sin que lo note, y desenre la con delicadeza el hilo. Misteriosa y difícil operación que las mujeres única saben hacer y que se llama salvar la felicidad.
En :y una mujer completa debe haber una reina y una sirvienta.
EI corazón de la mujer se une por lo que da; el corazón del hombre se desliga, se desude por lo que recibe La mujer está hecha de tal modo, que en la niña se adivina ya la madre, y que en la madre se ve aún algo de la niña. El primer hijo continúa la última muñeca.
Cuando os habla una mujer, mirad lo que os dicen sus ojos.
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