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La Semana La fiesta En el número de esta revista comencé publicar unos esbozos referentes a la personalidad de los escritores que en el del arte último concurso de bellas artes recibieron la corona de laurel reservada a los vencedores. En el presente número saco luz la conclusión de ese trabajillo, que, como todo aquello en que meto mi cucharada, refleja con sinceridad absoluta mis impresiones personales. Valga la adver tencia para todos los casos.
José Fabio El quinto premio del certamen le fué adjudicado José Fabio Garnier por una novela de cortas dimensiones, un Garnier cuento, tal vez, que lleva este título, Nada. Garnier es un joven que viene sobresaliendo desde su infancia: se distinguió grandemente en la escuela publica; pero, sobre todo, donde ganó renombre fué en el Liceo de Costa Rica, en el cual hizo estudios tan sólidos como brillantes en ciencias y letras. Leía mucho y raciocinaba sobre lo que leía; estas cualidades confieren superioridad a los hombres. Por la lectura, efectivamente, el estudiante llega a ser una perso a ilustrada; por el raciocinio adquiere el imperio de las ideas, y su personalidad viene constituirse de ese modo con atributos tan nobles como independientes. Apenas salido del colegio, Garnier publicó una novela de cortas dimensiones también: titúlase, La primera sonrisa. En ese trabajo, el espiritu de observación despunta con la suavidad de una aurora, y su luz tenue las ideas caminan en triunfo, como una caravana joven y briosa que se dirige al Oriente. Por esos mismos días, Garnier marchó Italia, hacer estudios de arquitectura, carrera que se propone seguir. Allá, en la patria del arte, el inteligente y laborioso joven estudia y cultiva las letras con una consagración que hará suya la victoria en dia no lejano. Páginas Ilustradas no ha tenido colaborador más generoso ni más constante. Sus trabajos no son producciones de la fantasía loca, como esas que urden los escritorzuelos decadentes, ensartando en la pluma palabras vistosas, pero vacías, como quien ensarta abalorios en un hilo azul; no: sus trabajos son estudios serios de observación y de crítica, según se puede notar en Las mujeres de Ibsen, el sombrío y revolucionario genio del Norte, cuyos personajes simbólicos vienen ser como síntesis grandiosas de ideas; el poeta solitario que rompe sin miedo las turquesas del arte rutinario; el filósofo soñador que nos presenta Brand para revelarnos que la salud solo se obtiene por la Verdad y que la Verdad existe en el fondo oscuro de nuestras almas. Garnier nos ha brindado también con una traducción de Hauptmann, Almas Solitarias, en que este dramaturgo violento antepone los fueros imprescriptibles del yo al convencionalismo hipócrita de las viejas sociedades. Es una filosofía que busca el desarrollo de la individualidad independientemente de las trabas externas. Estos estudios dicen claramente las orientaciones que en el reino del arte sigue el joven espíritu de Garnier insinúan con precisión todo lo que podemos aguardar de su inteligencia, en llegando a la madurez.
1850
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