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De noche en el mar Parn Páginas Muxtreits Encima, el perpetuo milagrò del cielo: Debajo, el viviente portento del mar; dentro, el misterio de un intimo anhelo Que el alma se lleva con súbito vuelo, Al seno de un valle donde está el hogar.
El cielo, bruñido: la mar, halagada Por brisas ajenas de imperio y de voz, Que besa y peinan su faz azulada; En tanto que el alma vidente y alada, y Hiende los espacios cual rayo veloz. cruza los mares, los bosques espesos, Salvando la cumbre que enciende el volcán, Suelta los jilgueros que llevaba presos riega manojos de flores y besos, Música y perfume que al hogar se van.
Caen de la noche las sombras primeras, Consumen los mares el disco del sol, Las palmas se mecen junto a las riberas, el cielo en el fondo, tras de las palmeras Se ve sonrosado como un caracol.
Aunque el mar agite conmoción terrible, el alma padezca, véspero impasible Mira de hito en hito con dulce mirar: Lámpara suspensa con hilo invisible Del cóncavo cielo sobre el hondo mar.
Cual huyendo Venus de ofuscar, titila: Juntar sus confines cielo y mar se ven; del astro rubio, cuando el mar oscila, Que sube los cielos cree la pupila, en el mar se abisma del barco al vaivén.
La estela del barco en el mar fosforesce, La del día al cielo deja su arrebol; con huellas hondas en el alma crece El recuerdo, estela que nunca perece, Porque el alma vive más que el mar y el sol.
El alma viajera sigue la gaviota Por la costa curva que salpica el mar, Vuela con la brisa en la extensión remota Y, como la nave, fija su derrota donde la inclina su estrella polar.
1858

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