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Yo recomiendo grandemente una educación perfecta, comprendiendo en ella la instrucción literarin, para mis adjuntos. Aun cuando el valor de la instrucción no aparece inmediatamente, el hombre instruído tarda poco en darse cuenta de sus ventajas. Él se eleva mucho más rápidamente que el hombre sin instrucción. El hombre instruído es ambicioso, capaz, activo, lleno de recursos. Tiene muchas cuerdas en su arco. Es un hombre de largas vistas y se interesa por mayor número de cosas. El hombre sin instrucción se contenta con ser un subordinado; está hecho para la dependencia y no ofrece recursos.
Es entonces el valor que tiene el hombre por la instrucción lo que aprecia este americaro.
Nunca se ha ejercido el sentido práctico con más alta clarovidencia.
Guardémonos, sin embargo, de oponer una para doja una leyenda.
No hay que decir que los americanos descuiden la instrucción técnica.
Pero, primeramente, quieren que ella descanse sobre una gran instrucción general.
Después ellos lo organizan de tal manera que la teoría y la práctica viven unidas por una estrecha conexión.
Un miembro de la comisión de enquête, que es una especialidad en la materia, visitó las escuelas de electricidad y resume así sus impresiones. En todas partes se me dijo que el alumno ingeniero de la usina debe haber hecho sus estudios en una escuela, y que el ingeniero profesor del co legio debe practicar activamente su oficio industrial.
La universidad americana desea que el profesor sea un práctico al mismo tiempo que un sabio. El profesor es entonces autorizado, más aún invitado, hacerse de un nombre en la industria.
Un profesor que, por excepción, no hubiera sido más que profesor durante 20 30 años, es decir, que hubiera vivido solamente en su laboratorio y en su cátedra sin practicar oficios industriales, no inspiraría ya más confianza sus alumnos. Ellos pensarían. Aquel no debe ya estar muy al corriente!
Son éstas las razones que dan los ingenieros americanos la superioridad que tanto inquieto al señor Mosely.
En América, la educación es en este momento, el objeto de todas las preocupaciones. Es el gran asunto. Para cualquiera qne visite los Estados Unidos, el hecho más sugestivo, el interés extraordinario que todos se toman por la educación.
Los trabajos de la Comisión Mosely son comentados y discutidos con pasión en Inglaterra.
Émilia Kenzelin 1864
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