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La Semana Geografia De Montaigne para acá, los pedagogos se desvelan y pirran objetiva todas horas por encontrar medios prácticos de enseñanza, porque desde entonces se les traslucía a todos ellos que el saber no vuelve salir del meollo cuando, sin disfraces ni tapujos, en él se introduce por la puerta de los sentidos: la ciencia y la experiencia han demostrado después que esa es una verdad evidente inconcusa, base de la ciencia pedagógica; por donde la hora presente incurriría en un lugar común, digno de Perogrullo, quien saliese proclamando por ahi que la enseñanza debe ser objetiva; eso, nadie lo ignora; así, pues, no perderé tiempo en razonar documentar una regla que tiene los ojos de todos el valor incontestable de un aforismo, si no de un proverbio.
La enseñanza está, por ende, en potencia propincua de ser más eficaz allí donde cuente con medios materiales para herir el intelecto del niño y dejar en él, como una imagen viviente, la intuición clara y precisa de lo enseñado. Poco, efectivamente, le será dable hacer un maestro, por excelente que sea, si no puede presentar sus alumnos la cosa misma ó, su defecto, una representación material gráfica de ella. Hame sugerido estas consideraciones el juguete por don Angel Orozco arreglado para el aprendizaje intuitivo de la Geografia perteneciente al terruño. En una caja cuadrangualar, de unos treintiséis centímetros por lado y unos dos centímetros de altura, hay un mapa de Costa Rica dibujado en colores; este mapa está dividido en piezas de configuración caprichosa, que corresponden las principales divisiones políticas de la República y los países y mares circunvecinos. La parte interior de la cubierta contiene datos en variedad suficiente para completar las noticias que un mapa por sí solo no puede dar. Quitado el mapa, aparece en el fondo un trazado geométrico para construir el croquis de Costa Rica, cuyo fin el juguete trae las instrucciones que son menester.
Este juguete geográfico, como lo llama su autor, facilita, según es fácil observar, el conocimiento rápido de la Geografía patria: el que lo estudie y lo aprenda podrá decir que tiene una noticia general de este país en lo tocante territorio y población. Pero lo que de él hace un precioso iustrumento de enseñanza es el estar dividido en piezas que se desarticulan, para que el niño las reuna y ajuste sobre el tablero que le sirve de marco. Este ejercicio, que descansa sobre el plan de los dones de Fröebel, constituye un entretenimiento de gran interés para los escolores y fija en el intelecto, de una vez para siempre, la sitvación pormenorizada de las divisiones que pertenecen las piezas movibles. Es eso, por lo tanto, lo que con toda propiedad se llama un juguete pedagógico; su utilidad no se esconde de seguro aun los ojos de aquellos que nunca han apechugado con el aquel de la Pedagogia. Si el Gobierno desea facilitar la enseñanza de la Geografía, lleve a las escuelas el interesante juguete el señor Orozco, cuya ingeniosa laboriosidad merece, por otra parte, estímulo y recompensa, De paso, recordemos que el señor Orozco, hoy cesante, tiene una larga y excelente hoja de servicios como maestro. Este veterano le presta hoy la ensenanza otro servicio de monta con la confección del juguete que me refiero. Escrito lo anterior, llega mi noticia que el señor Orozco ha compuesto un juguete análogo para lo que Centro América toca. Biblioteca Ariel Hace pocos días anunciaron los periódicos que don José Joaquin Garcia Monge se proponia publicar todos los meses un volumen de lecturas científicas y literarias en que la juventud de nuestro país hallase alimento sano y provechoso para su es1866

    Joaquín García Monge
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