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demia. Que aproveche de su vida, bella comedia; mientras, como para todo el mundo, llega la mano invisible que baja el telón.
Ahora, agrego yo. Podrán los millones convertir un poetastro cualquiera en notabilidad. No, señor Darío. Qué desengaño tan rudo he llevado. Desde muy niño estaba acostumbrado oir que el mejor amigo del hombre es el libro. Esto ya es axiomático. Pues nada! Ahora resulta que es su peor enemigo. Tiene Ud. su biblioteca repleta de volúmenes hermosamente encuadernados, de infolios raros, de incunables fuera de precio. Muy bien. Un día se le ocurre hojear uno de esos libros y. patatús, poco se verifica su enterramiento!
Resulta que, según los estudios microscópicos de un médico español, los libros contienen no sé qué cantidad de millones de bacterias de tuberculosis, cirrosis y la mar de otros terminados en osis que son todos feroces. Ya lo saben los lectores. Ah! se me olvidaba indicar el remedio: consiste éste en una limpieza frecuente de las bibliotecas, en una aeración constante, en lavado de las estanterías con una solución de sublimado corrosivo, en la colocación de desinfectantes volátiles y en un aseo esmerado de los lectores.
Yo encuentro uno más sencillo: pegarle fuego a la biblioteca.
El Esperanto, llamado idioma universal está haciendo progresos inmensos La Cámara de Comercio de Londres admitió últimamente el Esperanto en los exámenes de lenguas vivas y 132 examinandos se presentaron. En la Escuela Politécnica de París se enseña actualmente, lo mismo que en las escuelas primarias municipales. Tendremos un idioma verdaderamente universal? No hay que hacerse esa ilusión, pero no hay duda que como el Esperanto no tiende a destruir los actuales idiomas vivos, se propagará, por lo menos entre las personas cultas, y servirá para las comunicaciones entre pueblos tan diferentes como chinos, árabes, franceses, españoles, etc. Yo no digo como otros, sajonicémonos no esperanticémonos.
Después de los terremotos que han sacudido la vieja y arrugada epidermis de la tierra, vienen ahora los huracanes y los torrenciales aguaceros barrer lo poco que en pie había quedado. Qué sucederá? Será que ya se aproxima uno de los grandes cataclismos que cada 20 mil años o más vienen modificar las condiciones de habitabilidad del globo terráqueo?
Tal vez tengan razón los Ocultistas. Esperemos la pralaya y dispongámonos desaparecer, sin hacer pucheros que nada conducen.
León Fernández Guardia 1900

    León Fernández Guardia
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