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Mi Musa Mi musa es joven, placentera y fuerte, es de ático gracejo; en su hermosura majestad se advierte, las agrestes cascadas son su espejo.
El ansia que la alienta es infinita, su risa es una escala; para acudir mi amorosa cita jamás con artificios se acicala.
Sólo gusta de ornarse con los minios que va luciendo el Sol en el espacio; agranda en sus anhelos sus dominios, la bóveda del cielo es su palacio.
Conjura y apostrofa la negra duda que en mi sien estalla; azota la Soberbia con su estrofa, santigua a la Bajeza con su tralla.
Cantarle a la indigencia fue su culto y nunca su incensario perfumo ni al tirano ni al estulto, pero al huérfano sí y al proletario. ésos que caminan sobre abrojos, sin luz, sin esperanza, sin anhelos, burlando las retinas de sus ojos Lisimaco Chavarria Fot. kudd con el vago espejismo de los cielos; ésos que en el mundo Es hija de los Andes.
van impelidos por contraria suerte, oxigena en los campos sus pulmones, entre la nave del dolor profundo, extiende al Sol sus niveas alas grandes al puerto silencioso de la Muerte; y rige una cuadriga de ilusiones. ésos que caen al precipicio una puesta de Sol, una cabaña, al empuje tenaz de las miserias al trueno que retumba, que en las garras del inmundo vicio al rayo que fustiga la montaña, agonizan sin sangre en las arterias; al silencio profundo de una tumba; Aeos ela canta Vá todo lo que envuelve una grandeza, rinde el homenaje de sus versos; eleva su canción hecha agasajo, los Caines, su protesta santa, y así como maldice la Bajeza, su estigma, a los inicuos y perversos. aiza himnos a la Vida y al Trabajo.
Ama al Cristo que sube su Calvario todo aquello que lo grande aspira sin que le redre el heridor insulto; y que lo innoble y lo servil rehusa, al luchador que elige por contrario entona salmos en su extraña lira la valla de un tumulte.
esa deidad ingénita: mi Musa!
Lisimaco Chavarria 1888

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