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Para la historia En anteriores ediciones de Páginas Tlustradas se consignó, por medio de la gallarda pluma de su cronista Gastón de Silzu (Justo Facio)
un hecho histórico de la más alta importancia para Costa Rica y para sus hermanas de Centro América, cual es el de la celebración en esta capital del 15 de setiembre recien pasado y del tratado de paz entre los gobiernos de Guatemala, El Salvador y Honduras.
Queriendo nosotros agregar en las columnas de esta revista documentos importantes que se refieren en parte dicho tratado, publicamos en seguida los discursos cruzados entre el Presidente de Guatemala, señor Estrada Cabrera y el Excelentísimo señor Herboso, Ministro Plenipotenciario de la República de Chile en Centro América.
He aquí los discursos: El señor Ministro dijo: EXCELENTÍSIMO SEÑOR: Chile, que ama la paz, vió con gran pesar turbarse la armonía entre tres Repúblicas amigas: siguió con temeroso interés los luctuosos acontecimientos que ocasionaron la pérdida de sangre hermana y celebró con especial agrado y simpatía la mediación de dos naciones amigas, que lograron estrechar las contrarias manos.
Grato es hoy para mí ser intérprete de mi Gobierno para felicitaros por ver despejado ya el bello horizonte que vino obscurecer pasajera tormenta y para manifestaros cuán sincero es el anbelo de todos los chilenos porque el Sol de la Paz, que felizmente brilla en esta simpática República hermana sea perdurable, fin de que, al calor de sus benéficos y vivificantes rayos, pueda Guatemala seguir el sendero del progreso, por el que camina grandes pasos con satisfacción y orgullo de sus hermanos del Sur.
Augurio feliz de ello será el Tratado de Amistad que en pocos días más debe celebrarse en San José de Costa Rica entre las cinco Repúblicas vecinas de este fértil y rico continente. Quiera el cielo iluminar sus Delegados para que queden allí bien consolidadas la paz y amistad entre todas ellas!
Al tener la honra de poner en vuestras manos la carta autógrafa de Su Excelencia el Presidente de Chile en que me acredita como Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario en Guatemala, cumplo gustoso el agradable encargo de presentar Vuestra Excelencia, y por Vuestro Conducto a toda la Nación Guatemalteca, el saludo más cordial afectuoso de todos mis conciudadanos, haciendo fervientes votos por la prosperidad de esta culta y progresista Nación y la ventura nersonal de Vuestra Excelencia.
1902

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