Comunicaciones inalámbricas en el Japón Para Páginas Ilustradas Después del maravilloso descubrimiento de Marconi, que vino ser la síntesis de las investigaciones de muchos sabios, en el mundo entero encontró eco la idea de comunicarse distancia sin auxilio de ningún hilo metálico. Fué un asombro general, pero no hubo protestas ni menos se amenazó nadie con excomuniones. La facilidad con que se tienen los aparatos necesarios llevó el convencimiento hasta los más ignorantes de que el milagro podía explicarse satisfactoriamente y nadie dudó de que pudieran dos buques comunicarse hasta los últimos detalles de su viaje. Los japoneses no se quedaron rezagados en este progreso del mundo. Si bien es cierto tomaron los principios de la telegrafía sin hilos, en los detalles y perfeccionamientos han llegado conseguir resultados asombrosos.
El Dr. Kimura, profesor de la Escuela Naval Japonesa, implantó en los buques japoneses un sistema de comunicación inalámbrica de su invención, que fué usado con éxito en la guerra pasada. Sin embargo la compañía alemana «Telefunken» reclama ciertos derechos en el invento del Dr. Kimura: el asunto no ha sido resuelto todavía, pero se nos ocurre pensar que no se resolverá: nada tiene de extraño que dos individuos tengan la misma idea. Esto ha pasado varias veces en el dominio de las Ciencias.
En 1900 el Departamento Naval formó una Comisión para el estudio de la telegrafía sin hilos, en la cual tomó parte el Dr. Kimura y en 1903 se instaló un Laboratorio completo en Yokosuka, sólo para aquel estudio.
Después de las investigaciones del Dr. Kimura sus aparatos y aistemas fueron adoptados por el Departamento Naval quedando en secreto los detalles de la construcción. El Dr. Kimura ha llevado sus investigaciones hasta el teléfono sin hilos y según parece los resultados han sido muy satisfactorios, sin que ningún periódico científico nos dé idea siquiera del mecanismo de los aparatos. Será un secreto? Ya lo sabremos.
La telegrafía inalámbrica desempeñó importantísimo papel en la Guerra Ruso Japonesa. Recordamos el siguiente caso: En la batalla del Mar del Japón, la neblina fué tan densa que no se podía distinguir nada corta distancia. Un crucero japonés, tratando de buscar la flota enemiga, se encontró, en un momento en que desapareció la neblina, en medio de numerosos buques enemigos. El crucero japonés trasmitió inmediatamente un despacho inalámbrico, comunicando el descubrimiento de la escuadra rusa y esta noticia se recibió un momento después bordo de todos las acorazados japoneses que estaban 150 millas de distancia.
El Almirante Togo despachó inmediatamente una pequeña flota que se puso casi en contacto con el enemigo y que pudo comunicarle cada 1904