El himno nacional de Guatemala Después del entusiasmo admirable, en medio del cual se verificaron en esta capital las fiestas del último 15 de setiembre, después de eso, decimos, se oyen por calles y parques, grandes y chicos, tararear silvar los himnos nacionales de las hermanas repúblicas centroamericanas, enseñados a todos los alumnos de las escuelas y colegios, con motivo de la celebración en Costa Rica del tratado de paz entre Guatemala. El Salsador y Honduras.
Esta circunstancia nos permite el placer de reproducir continuación los datos biográficos referentes al autor de la música del himno de Guatemala, datos que contienen detalles verdaderamente curiosos, y los cuales tomamos de la importante revista ilustrada La Locomotora, que se publica en la capital de aquella república hermana.
Los datos en referencia dicen así. El maestro Rafael Alvarez nació en Comalapa, departamento de Chimaltenango, el 24 de octubre de 1858. Sus padres fueron don Rosendo Alvarez y doña Ildefonsa Ovalle.
Don Rosendo, que desempeñaba la escuela de música del referido pueblo, fué su primer maestro. Después pasó en compañía de su hijo, en 1871. Santa Lucía Cotzumalguapa. para hacerse cargo de la escuela de música de ese lugar, en donde los pocos meses encontró la muerte.
dejando a su hijo todavía muy joven, sin la suficiente instrucción. Aunque Rafael carecía de experiencia en el arte, la Municipalidad le nombró para servir la escuela vacante. El año 1877, por consejo de algunos amigos se vino Guatemala, en donde ingreso a la Banda Marcial, siendo Director de dicho cuerpo el alemán don Emilio Dressner, persona muy competente y que con cariño y desinterés se empeñó en enseñar armonía un grupo de jóvenes entusiastas, en cuxo número figuraba Rafael.
El año de 1877. la Jefatura Política del departamento de Guatemala convocó concurso todos los músicos de la república, para hacer la música del Himno Nacional, cuxa letra del poeta don Ramón Molina.
fué distribuída profusamente. El Jurado Calificador de la música compuesto por don Axel Holm, don Leopoldo Cantilena y don Lorenzo Morales, acogió por unanimidad la presentada por Alvarez.
Este triunfo ocasionó muchos disgustos al afortunado, porque los músicos desairados manifestaron de muchos modos su despecho.
En 1897 por intrigas de algún músico, el Presidente Reina Barrios emitió un acuerdo para hacer otro himno, diciendo que el que se cantaba no estaba reconocido oficialmente, y con tal motivo se invitó a otro certamen todos los músicos del país. Esta vez el Jurado era compuesto por el italiano don Angelo Disconzi, el español don Manuel Soriano y don Luis Arias.
Alvarez, viendo que su composición no quedaba fuera de concurso, volvió presentarla, acomodándole la nueva letra. que se amoldaba perfectamente. Como la primera vez, en este segundo concurso el Jurado reconoció por unanimidad la superioridad del himno de Alvarez.
La intriga no se dió por vencida esta otra vez, pues acudió al Presidente Reina Barrios, decirle que el Jurado no babía sido imparcial y el Gobierno, creyendo de buena fe las palabras de la envidia invitó para 1973